15 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.
Durante casi dos años, Trump se ha negado a aceptar la conclusión de la inteligencia estadounidense de que el príncipe heredero, Mohammed bin Salman, el líder de facto del reino rico en petróleo, probablemente sea culpable del asesinato del periodista estadounidense Jamal Khashoggi, en el 2018. El reino saudí fue el primer destino extranjero de Trump, que ha respaldado la guerra liderada por Arabia Saudí en Yemen y mantuvo silencio sobre las informaciones de abusos, , a disidentes encarcelados.
El reino puede esperar relaciones probablemente más frías con Biden, quien ha prometido frenar las lucrativas ventas de armas.
Israel pierde un sólido apoyo
En sus recientes elecciones, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tenía imágenes gigantes de él y del amigo al que llamaba Donald en vallas publicitarias en Jerusalén y Tel Aviv. Trump colmó a Netanyahu de favores políticos, incluido el movimiento de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, el reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán y un plan de paz fuertemente sesgado contra los palestinos. Netanyahu se distanció de Trump en las últimas semanas. En una llamada telefónica a la Casa Blanca el mes pasado, ante la cámara, Trump trató de implicar a Netanyahu en una broma sobre Sleepy Joe, su mote despectivo para Biden. Tras una incómoda pausa, Netanyahu reiteró su gratitud a «cualquiera en Estados Unidos» que ofreciera apoyo a Israel. Aunque el israelí ha promocionado lo que él llama décadas de cordial amistad con Biden, hizo todo lo posible por denigrar a Obama por el acuerdo nuclear de Irán y es poco probable que Biden lo olvide.
Orbán
El primer ministro, Víktor Orbán, no fue recibido nunca en la Casa Blanca de Obama, pero fue celebrado en la de Trump.