Manuel Merino, presidente de Perú con cinco mil votos

A. Mellizo LIMA / EFE

INTERNACIONAL

Manuel Merino, nuevo presidente de Perú
Manuel Merino, nuevo presidente de Perú Reuters

El nuevo jefe del Estado, tras ser destituido Martín Vizcarra, promete respetar la cita electoral del 2021

11 nov 2020 . Actualizado a las 19:36 h.

Manuel Merino, un diputado opositor que ganó su escaño con apenas 5.000 votos, asumió a última hora del martes como presidente de Perú después de que el Congreso destituyera a Martín Vizcarra tras un proceso constitucional controvertido que aboca al país a una inevitable inestabilidad en medio de la pandemia.

Merino, que era y seguirá siendo presidente del Congreso de forma paralela a ostentar la jefatura del Estado, tomó posesión en una breve ceremonia en el Congreso como el tercer presidente de Perú en cuatro años mientras en todo el país se sucedían protestas -en su inmensa mayoría pacíficas, pero no exentas de episodios de violencia- que clamaban contra la destitución de Vizcarra y el Parlamento «usurpador».

Aldair Mejía | Efe

Pese a las críticas y las dudas sobre la decisión del Congreso, que el lunes votó abrumadoramente a favor de destituir a Vizcarra y nombrar a Merino como su sustituto de acuerdo a la Constitución, todos los poderes del Estado asumieron y aceptaron el nombramiento, incluidas las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, cuyos jefes se reunieron con el nuevo presidente.

El nuevo mandatario, del partido de centroderecha Acción Popular (AP), brindó un breve discurso ante el Congreso tras jurar su cargo, en el que ratificó que respetará la fecha de los comicios generales convocados para el 11 de abril del 2021, en un intento de apaciguar las protestas en su contra y atenuar las críticas al proceso de destitución de su predecesor. Estas críticas se centran sobre todo en el miedo de que ahora Congreso y Ejecutivo, unificados en la práctica en un solo poder, opten por posponer las elecciones y perpetuarse en sus cargos.

«Mi primer compromiso es ratificar nuestra convicción democrática y respetar el proceso electoral. Se tiene que respetar el calendario electoral, nadie puede cambiar la fecha, remarcó Merino, quien además indicó que su Gobierno «otorgará todos los recursos» necesarios para la celebración de los comicios. 

Gabinete de consenso

Merino prometió que convocará un «gabinete de consenso y unidad nacional», integrado por profesionales «de las más altas calificaciones» y sin colores políticos. Esta tarea fue considerada como una de las más importantes y que marcarán tanto el perfil como la interpretación política que se haga de la vacancia, según varios analistas políticos.

«Este Gobierno tiene necesariamente que ser un Gobierno de transición, actuar como tal. Como prioridad deberá responder a la grave crisis en la que estamos, sanitaria, económica y política... Pero lo fundamental es garantizar las elecciones limpias y transparentes en abril del 2021», indicó la politóloga Adriana Urrutia.

Muchos ciudadanos y varios partidos, además del entorno del expresidente Vizcarra, denuncian que su destitución se debió a una «repartija» de cargos y promesas entre quienes votaron a favor de la misma para defender intereses particulares.

Así, la selección de ministros, los perfiles y las carteras que ocupan tendrán una especial relevancia. Para descartar esta crítica, en su discurso Merino afirmó que los votos contra Vizcarra «no fueron comprados», al igual que lo hicieron varios de los legisladores que apoyaron la moción. 

Protestas

Merino juró mientras en el exterior del Congreso se sucedían las protestas, que a lo largo de la jornada se extendieron también al entorno de la sede del Gobierno, donde el nuevo mandatario iniciaba la confección de su gabinete. Las movilizaciones se replicaron también en ciudades de todo el país, protagonizadas en su mayor parte por jóvenes movilizados por redes sociales que clamaban contra el congreso «usurpador» y «golpista» y en respaldo a Vizcarra y sus políticas anticorrupción, según ellos en riesgo bajo una presidencia salida del Congreso. Por horas hubo choques, gases lacrimógenos y arrestos en las calles del centro de Lima, episodios de violencia frecuentes pero que tampoco llegaron a extremos.