Estados Unidos contiene el aliento ante el temor de un estallido de violencia

Héctor Estepa WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Manifestantes armados en una protesta en Portland en la noche electoral
Manifestantes armados en una protesta en Portland en la noche electoral CHRISTIAN MONTERROSA | EFE

Las ciudades se protegen ante posibles disturbios

04 nov 2020 . Actualizado a las 22:13 h.

Las autoridades estadounidenses contienen el aliento ante el temor que crezca la tensión en el país, si el recuento se eterniza, no hay un claro ganador o termina en los tribunales, y provoque un estallido de la violencia.

Durante la noche electoral del martes al miércoles se produjeron incidentes en varias ciudades, aunque aislados y de baja intensidad. Washington, que había amanecido, con los comercios y edificios del centro tapiados con grandes paneles de madera, fue el escenario más tenso.

Alrededor de un millar de personas de distintos colectivos sociales, así como un grupo de integrantes del movimiento Black Lives Matters, surgido contra los abusos policiales a la comunidad negra, se habían dado cita frente a la Casa Blanca antes del inicio del recuento electoral. Avanzada la noche a la zona acudieron también algunos seguidores del presidente Donald Trump.

Los Proud Boys

La tensión estalló entre los dos grupos, y la policía intervino, deteniendo a cuatro personas. Tres más son buscadas por presuntamente agredir a cuatro seguidores de Trump, entre ellos un miembro de la milicia supremacista Proud Boys (Chicos orgullosos), según informó la cadena Fox News. Los incidentes se produjeron cerca de la Casa Blanca, custodiada desde hace días. La residencia del presidente de EE.UU. ha sido protegida con hasta tres hileras de unas vallas de separación de unos dos metros y medio de alto, con tecnología antiescalada.

También se desató la tensión en Portland, espejo de la polarización que vive el país —con activistas de izquierda y milicias de derechas pululando por sus calles—, alentada por la quema de banderas y con los manifestantes portando rifles de asalto. Hasta ahora, sin embargo, las armas han guardado silencio. Grandes urbes como Chicago, Los Ángeles, Boston, Austin o Filadelfia han comenzado a reforzar las medidas de seguridad.

Marchas en Nueva York

También en el centro de Nueva York, a lo largo de la Quinta Avenida, un lugar tradicional de manifestaciones, muchos comercios permanecían protegidos con grandes paneles de madera, como si esperasen un huracán. Organizaciones sociales de izquierda habían convocado  manifestaciones en distintos lugares de Brooklyn, Manhattan y Queens bajo lemas como «Rechazo al fascismo» o «No dejemos que Trump robe las elecciones!».

No serán las únicas. El grupo denominado Protect the Results (Protege los resultados), formado por un centenar y medio de organizaciones sociales de base, activistas y sindicatos, han convocado más de cien eventos a nivel nacional en los próximos días, según informó el diario USA Today.

La intensidad de esas protestas, creen los analistas, dependerá de cómo avance el recuento del voto y las valoraciones que emitan con respecto a los resultados tanto Donald Trump como el candidato demócrata, Joe Biden. Cuanto más encendido sea el discurso político, más tensión habrá en la calle.

Los mensajes de Donald Trump no ayudan. Sobre todo en un país donde la tenencia de armas es un derecho reconocido por la Constitución y proliferan los grupos supremacistas de gatillo fácil.

Wall Street reacciona al alza, a pesar de la inestabilidad social y política

El mercado de valores de EE.UU. reaccionó de manera positiva a los resultados provisionales arrojados por las urnas, a pesar de la inestabilidad y de la tensión generada por el recuento. S&P llegó a subir un 3 % durante algunos momentos de la apertura, lo que supone el mayor incremento desde abril, cuando la primera ola de la pandemia afectó gravemente los EE.UU. El Dow Jones también crecía un 1,77 % hasta llegar a los 27.967 puntos. Los analistas creen que los inversores estarían apostando a una victoria de Joe Biden, pero con un Senado controlado por los republicanos. Esa es una combinación vista con buenos ojos por Wall Street, ya que evita cambios radicales de política y también la adopción de medidas excesivamente partidistas, como una gran subida de impuestos.