Biden apuesta por reconstruir el viejo liderazgo de EE.UU. en el mundo

Esperanza balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Seguidoras de Biden en un mitin en Des Moines (Iowa)
Seguidoras de Biden en un mitin en Des Moines (Iowa) BRIAN SNYDER | Reuters

El demócrata busca recuperar la respetabilidad del país ante los nuevos retos

31 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El candidato demócrata, Joe Biden, hace campaña bajo el lema Make America Decent Again (Haz América decente otra vez). Una nueva versión del Make America Great Again (Hacer América grande otra vez) que Donald Trump popularizó hace cuatro años después de copiarselo al republicano Ronald Reagan en su exitosa carrera a la Casa Blanca de 1980. Trump ha dinamitado bajo ese eslogan toda la esencia tradicional del Partido Republicano. Biden quiere ahora reconstruir con él el viejo liderazgo de Estados Unidos en el mundo. Su campaña está dirigida a recuperar la seriedad, la respetabilidad y el pragmatismo que durante más de siete décadas garantizó la primacía mundial de Washington, tambaleada por un líder errático e imprevisible.

El demócrata nació en 1942 como el hijo de una época en la que EE.UU. era el héroe de la Segunda Guerra Mundial y creció en la década de los 50, cuando el país se convirtió en la guía de Occidente ante la Unión Soviética. Fueron también los años de la explosión de la clase media, motor del éxito económico, que compró el lema de Trump hace cuatro años al ver perder su poder adquisitivo por el arrastre de los efectos de la crisis económica del 2008.

«Por ser quien es, Biden cree firmemente en la idea del «excepcionalismo estadounidense», es decir, que EE.UU. es una nación única cuyo liderazgo resulta indispensable para que el mundo sea libre», explicó a Efe el analista James Traub, periodista desde hace tres décadas y que ha conversado en numerosas ocasiones con el demócrata. El exvicepresidente repite las palabras «democracia», «liderazgo» y «un mundo libre» en sus discursos sobre política exterior para contrarrestar la retórica nacionalista de Trump con la que ha dinamitado sus relaciones con la OTAN o el sistema de comercio internacional que contribuyó al dominio de Washington.

El demócrata, sin embargo, necesitará ahora actualizar su discurso. La irrupción de la pandemia, que alcanza cifras récord mientras Trump niega la realidad, ha dado un empujón al liderazgo de China en el mundo. El gigante asiático ha conseguido controlar el covid-19 y es la única potencia donde aumentará el PIB en el 2020, según las previsiones del FMI. Un tímido 1,9 % frente a una caída del 4,3 % prevista para EE.UU. Este golpe al tablero internacional le ha pillado sin una posición clara sobre cómo encararía la situación en caso de llegar a la Casa Blanca. Biden ha prometido convocar una «cumbre de las democracias» con sus aliados tradicionales de Corea del Sur, Japón, Australia, Nueva Zelanda y Europa para reforzar la idea de ese sistema de gobierno. «Hay demasiados desafíos y puntos críticos en el Indo-Pacífico como para enfocarse en otra parte en este momento», advierte Traub. Los presidente de EE.UU. no deciden los conflictos con los que lidiar.

Trump cancela sus planes de fiesta en Washington para la noche electoral

E. B.

Donald Trump canceló ayer la fiesta que tenía previsto celebrar la noche electoral en el hotel que lleva su nombre en Washington DC, a cuatro días de los comicios. Los asesores del presidente habían comunicado en privado a los invitados que el magnate iba a aparecer en el Trump International Hotel, a un kilómetro de la Casa Blanca, con el correspondiente envío de invitaciones, según The New York Times.

«El 3 de noviembre pasará a la historia como la noche en que ganamos cuatro años más. Será absolutamente épico y lo único que podría mejorarlo es tenerle a usted allí», decía la convocatoria, que incluía una imagen del inquilino de la Casa Blanca junto a la primera dama, Melania, bajo la frase «únase a nosotros en la noche de las elecciones».

El presidente aseguró horas después que la decisión todavía no está tomada, pero que lo más probable es que siga el recuento en la Casa Blanca y que, puede, haga un viaje el mismo día de las elecciones. Antes de subirse al Marine One para proseguir la campaña, Trump culpó a la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, de «cerrar» la ciudad e imponer restricciones para luchar contra el coronavirus que le impedirán celebrar la cita en su hotel.

Trump sembró así la incógnita sobre qué hará el próximo martes 3 de noviembre. El establecimiento violaría a su vez las restricciones impuestas en la capital de Estados Unidos, que limita las reuniones a 50 personas, en medio de la pandemia, que esta semana registró los peores números desde marzo con más de medio millón de nuevos infectados. Las dudas sobre el posible conflicto de intereses de mezclar el cargo con sus negocios personales podrían estar detrás de la decisión. La fiesta debería pagarla la campaña del republicano que se enfrenta a una crisis de efectivo en los últimos días de la carrera electoral.

Por su parte, Eric Trump, el hijo del presidente, confirmó el viernes por la mañana en una entrevista en el programa Fox & Friends que la campaña estaba considerando trasladar la fiesta. «Estamos pensando en cambiarla a la Casa Blanca. Lo estamos analizando ahora mismo. Será una gran noche», dijo el hijo del mandatario. 

El cambio de último minuto se produce en un momento en que Joe Biden mantiene una ventaja sustancial en las encuestas nacionales y una más ajustada en varios estados decisivos para la victoria electoral. Trump, conocido por su superstición, ha renunciado a una celebración como la de hace cuatro años en el Hotel Hilton de Manhattan.