El referendo por una nueva Constitución deja tocado al oficialismo chileno

héctor estepa PITTSTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Alberto Valdes | EFE

La derecha abogó por el no al nuevo texto, que apoyaron casi el 80 % de los votantes

27 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Chile aprobó este domingo la sustitución de la Constitución de 1980, promulgada durante la dictadura de Augusto Pinochet, y que dividía al país, en un referendo que deja muy tocada a la derecha chilena, actualmente en el poder. Un 78,28 % de quienes acudieron a las urnas aprobaron la redacción de la nueva Constitución, doce meses después del estallido de fuertes protestas antigubernamentales en demanda de mayores medidas sociales para hacer frente a la desigualdad que dejaron, al menos, 34 muertos.

«Hasta ahora, la Constitución nos ha dividido. A partir de hoy, todos debemos colaborar para que la nueva Constitución sea el gran marco de unidad, de estabilidad, y de futuro», dijo el cuestionado presidente, Sebastián Piñera, rodeado de sus ministros, cuando tuvo conocimiento del resultado arrojado por las urnas.

El líder chileno mantuvo una posición neutral con respecto al referendo, pero los resultados dejan tocado a su Gobierno, sustentado por una coalición parlamentaria formada por cuatro partidos de derecha, que, aunque con opiniones contrapuestas, fueron la mayoría de quienes apoyaron el rechazo al nuevo texto constitucional.

Si esos resultados se extrapolan a las presidenciales del 2021, el centro derecha y la derecha tendrían muy complicado continuar en el poder, aunque el centro izquierda y la izquierda están muy fragmentados.

«Hay un triunfo categórico por el 'apruebo' y nosotros tenemos que ponernos inmediatamente a trabajar para poder elegir los mejores constituyentes», señaló Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la oficialista Unión Demócrata Independiente (UDI), el mayor partido de la coalición, y que apoyó decididamente el rechazo al nuevo texto.

Elección de los constituyentes

La próxima cita electoral será clave. Los chilenos también decidieron ayer, por casi un 80 % de los votos, que la nueva Carta Magna será redactada por 155 nuevos constituyentes, frente a la opción que planteaba una comisión mixta, formada por nuevas personas electas, además de por parlamentarios en ejercicio. Los comicios para elegir esos constituyentes tendrán lugar en abril, y dejarán más o menos claro cuál es el sentir político del país de cara a las elecciones presidenciales.

Quienes sean elegidos tendrán un plazo de nueve meses, prorrogable otros tres meses más, para redactar una nueva Carta Magna. El panorama político de Chile, más allá de los bloques, está muy fragmentado, y se espera que los sectores tengan que transigir y pactar para aprobar el nuevo texto, que deberá ser refrendado, ya en el 2022, mediante un nuevo plebiscito, esta vez con voto obligatorio.

La participación electoral en Chile se había resentido de forma considerable desde que se acabó con el sufragio obligatorio, hace casi una década. Más del 50 % de los electores participaron en el referendo del domingo, una cifra récord desde que el voto es voluntario, en un país que le había dado la espalda recientemente a las urnas. Si esa movilización se mantiene en nuevas citas electorales, el equilibrio de fuerzas en Chile podría cambiar.

Los analistas consideran que la amplia diferencia de votos registrada en la votación del domingo envió un mensaje a quienes están tanto a favor como en contra de realizar cambios en el modelo económico chileno, y vaticinan que podría reducir la tensión social que vive el país, si bien no se aventuran a pronosticar que las protestas vayan a bajar considerablemente de intensidad.