Michelle Mirón: «Nunca he visto tanta gente con tantas ganas de votar»

E. B. NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Michelle Mirón, una joven nacida en EE.UU. de origen coruñés,
Michelle Mirón, una joven nacida en EE.UU. de origen coruñés, ESPERANZA BALAGUER

Esta neoyorquina de origen coruñés fue uno de los muchos que se lanzaron a ejercer su derecho al voto anticipado

25 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los neoyorquinos se lanzaron el sábado en masa a ejercer el voto anticipado. «Nunca he visto una cosa semejante en mi vida. Tanta gente y con tantas ganas de votar». Era la reacción de sorpresa de Michelle Mirón, una joven nacida en EE.UU, de origen coruñés, al acercarse al Teatro Kings, una sala de cine patrimonio histórico, inaugurada en 1929 y situada en el barrio de Flatbush (Brooklyn), donde reside una gran comunidad afrocaribeña muy golpeada por la pandemia. La cola, de más de tres horas, daba la vuelta a varias manzanas dos horas después de la apertura. «Se nota la determinación, esta gente está empeñada en sacar a ese bicho de la Casa Blanca», añadía Mirón. 

La escena se repitió en los 88 colegios abiertos en los cinco distritos de Nueva York para acoger la primera votación anticipada de la historia del estado. El mítico estadio Madison Square Garden o el Barclays Center de Brooklyn, epicentro de las protestas antirracistas de esta primavera, se convirtieron en colegios electorales. 

Ambiente festivo

Aunque seguirán abiertos hasta el próximo 1 de noviembre, la gente se tomó este sábado como una fiesta. Coches aparcados con música, familias que repartían botellas de agua gratis y bandas de músicas fueron algunas de las atracciones que amenizaron la espera. Nada que ver con el ambiente que se vivió hace cuatro años cuando muchos votantes demócratas sucumbieron a la desafección.

Joe Biden tiene asegurados los 29 votos electorales de Nueva York, donde todos saben que sus papeletas valen menos que las de los estados menos poblados como Míchigan, Pensilvania o Wisconsin. El objetivo es hacer que el voto popular crezca muy por encima de los tres millones más conseguidos por Hillary Clinton frente a Donald Trump. «Sabemos que el día 4 de noviembre no habrá un ganador clave», apunta Mirón. El miedo y la incertidumbre que se vive en la Gran Manzana se transformó en una riada de gente hacia la urnas. «Quiero asegurarme que mi voto cuenta», decía Marshall Yarck, un padre afroamericano de 47 años, que portaba a su hija de 11 meses de rasgos asiáticos en una cola en Williamsburg. Un poco más atrás, Gavin Comey y Marea Chaveco, una pareja blanca de mediana edad, ataviados con mascarillas con la palabra «vota» y dos sillas plegables a modo de mochila, lo tenían claro. «Si gana Trump, nos vamos a vivir a Sitges».