Trump se empeña en dejar atrás el covid para ganar votos

Esperanza Balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Melania Trump, con mascarilla, durante el primer debate presidencial en septiembre
Melania Trump, con mascarilla, durante el primer debate presidencial en septiembre BRIAN SNYDER | Reuters

Melania  cancela su aparición en un mitin en Pensilvania por una «tos persistente»

21 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desatado, sería el adjetivo más apropiado para definir el estado de Donald Trump en la recta final de la campaña electoral. El presidente de Estados Unidos tiene previsto embarcarse en una gira de entre tres y cinco mítines al día por los estados en disputa, nada más finalizar el próximo y último debate contra su rival demócrata, Joe Biden, que se celebrará mañana en Nashville.

Con todas las encuestas en su contra, lo más llamativo de los intentos del republicano por conseguir la reelección no es lo que hace, sino lo que dice. El nuevo desafío de Trump es todo un despliegue de retórica negacionista sobre el coronavirus cuando la pandemia avanza sin control en EE.UU. con más de 221.000 muertes y 8,3 millones de casos confirmados. «No hago campaña asustado, la hago enfadado», dijo el lunes a la prensa ante de subir a bordo del Air Force One rumbo a la Casa Blanca, tras su mitin en Tucson (Arizona).

El presidente, sin embargo, juega a la defensiva en los estados clave donde ganó hace cuatro años con un agresivo discurso que preocupa dentro sus propias filas. Su estrategia contra las restricciones para controlar la pandemia en unas apariciones sin mascarilla y donde el público no respeta la distancia social hace peligrar el apoyo de los más mayores, así como de las mujeres blancas, que le dieron la victoria en el 2016. Trump no quiere que el coronavirus le estropee la campaña, mientras que Joe Biden ha encontrado en este asunto el talón de Aquiles de su oponente para arrastrar votos.

En lugar de evitar el asunto, el presidente comenzó la semana despotricando a diestro y siniestro. No le sentaron nada bien las declaraciones del principal responsable de la lucha contra el coronavirus en EE.UU., el doctor Anthony Fauci, en una entrevista en el programa 60 Minutos de la CBS en las que dijo que no le sorprendió que el presidente contrajera el covid-19 por su falta de precauciones. Trump devolvió el golpe calificándole de «desastre» y aseguró que si le hubiera hecho caso, habría ya medio millón de muertos. Además, llamó «cabrones idiotas» a la cadena de noticias CNN por su cobertura de la pandemia. Y advirtió de que si gana Biden este escuchará a los científicos (el demócrata le respondió en un tuit con un sencillo «sí»), y llevará el país a una depresión por las restricciones sanitarias.

Un derroche de insultos frente a su audiencia más fiel, mientras su contrincante se refugiaba en Delaware para preparar el debate, donde el coronavirus será uno de los temas de la noche. Un asunto inevitable cuando EE.UU. suma récord de infectados en el mundo y varios estados como Wisconsin, Nuevo México y Montana tienen sus sistemas sanitarios al borde del colapso. 

Melania no estará

La primera dama, Melania Trump, fue la última en darse de baja de los planes de su marido y suspendió su primera aparición en un mitin este martes en el estado clave de Pensilvania con la excusa de que tiene una «tos persistente» por el covid-19 que contrajo a finales de septiembre.

Funcionarios en activo y ex altos cargos intentan evitar la reelección del presidente

Un reguero de funcionarios en activo y antiguos cargos de la Administración Trump apuran los últimos días antes de las elecciones del 3 de noviembre para advertir de que el presidente no es apto para el cargo. El movimiento no es nuevo. Muchos han sido los que han alzado la voz durante los cuatro años de mandato del magnate, a través de cartas enviadas a los principales periódicos o libros con toda clase de detalles de sus interacciones con el inquilino de la Casa Blanca.

Pero a quince días de la cita con las urnas, el fenómeno ha irrumpido en televisión con confesiones a cara descubierta. Estados Unidos se encuentra en un continuo caso Watergate, donde nadie se esconde para filtrar información a la prensa como hizo el agente del FBI William Mark Felt a los periodistas de The Washington Post Bob Woodward y Carl Bernstein, que acabó con la dimisión del presidente Richard Nixon en 1974.

Programa especial

Los tiempos han cambiado. Nadie espera ya que Donald Trump abandone la Casa Blanca por escándalos que han superado en número al caso de las escuchas de Nixon a sus contrincantes demócratas. La única salida es tratar de influir en las urnas sin miedo a las consecuencias.

El pasado domingo, en hora de máxima audiencia, una decena de altos funcionarios de la Administración Trump, aparecieron en un programa especial de la CNN para advertir de las consecuencias de reelegir a Trump.

Entre ellos, estaban el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, el excientífico de Salud y Servicios Humanos Rick Bright y el exabogado general del Departamento de Seguridad Nacional John Mitnick.

La persona más imperfecta

Todos ellos describieron las caóticas reuniones oficiales con el presidente, repletas de reacciones explosivas, decisiones erráticas y basadas solo en sus intereses personales. «Es la persona más imperfecta que he conocido en mi vida». Están son las palabras del general retirado de la Infantería de Marina, John Kelly, exjefe de gabinete de la Casa Blanca, en una reunión con amigos que fue filtrada al programa presentado por el periodista Jake Tapper.

La incredulidad hacia la naturaleza deshonesta de Trump sorprendió a Kelly, y quedó corroborada por todos los demás.