Los talibanes sacan músculo en Afganistán

mikel ayestaran JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

WATAN YAR | EFE

Miles de civiles huyen de la ofensiva a gran escala lanzada en la provincia de Helmand, que ha obligado a intervenir al Ejército estadounidense

13 oct 2020 . Actualizado a las 20:51 h.

Miles de civiles escapan de los combates en Lashkar Gah, capital de la provincia afgana de Helmand, y sus distritos más cercanos. Los talibanes dan un paso al frente con una ofensiva a gran escala en todo el país con la que tratan de recuperar el control de varias zonas que el Gobierno les «arrebató hace unos meses», según declaró a la cadena Tolo el portavoz insurgente, Qari Yusuf.

«Han bloqueado la mayor parte de accesos, nuestras fuerzas estaban dormidas y los mandos solo se dieron cuenta del peligro cuando el enemigo estaba ya prácticamente a las puertas de la ciudad», lamentó Bashir Ahmad Shakir, uno de los líderes locales. La ofensiva comenzó la semana pasada con varios ataques coordinados en diferentes distritos y se intensificó a lo largo del fin de semana con el avance sobre la capital. La violencia del ataque obligó incluso a reaccionar a EE.UU., cuyos aviones realizaron el lunes varios bombardeos quirúrgicos de apoyo a las fuerzas afganas, algo que no sucedía desde la firma del acuerdo con los talibanes el 29 de febrero.

La insurgencia negocia la paz con el Gobierno en Doha, pero al mismo tiempo intensifica las operaciones sobre el terreno en una auténtica exhibición de fuerza. Este avance en Helmand se produce pocos días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara vía Twitter que le gustaría tener a sus tropas en casa antes de Navidad, un mensaje al que los talibanes dieron la bienvenida. Sin embargo, los analistas afganos mostraron su pesimismo ante el futuro próximo y destacaron que, si con miles de soldados norteamericanos sobre el terreno son capaces de estas operaciones, ¿qué harán después de su salida?

El aumento de la tensión en Helmand provocó también la reacción del jefe de la junta de generales de EE.UU., Mark Milley, quien indicó en una entrevista que la retirada de los últimos 4.500 soldados depende de una reducción de los ataques de los talibanes y de los avances en las negociaciones de paz. «Estamos tratando de terminar una guerra en forma deliberadamente responsable», dijo. Desde febrero 8.000 militares han abandonado el país asiático.

Las fuerzas especiales afganas respondieron a la ofensiva y en 24 horas al menos 23 talibanes murieron, según el Ministerio de Defensa de Kabul, que asegura haber establecido cinco nuevos puestos de control. El comandante de la OTAN en el país, el general Scott Miller, pidió el final de la ofensiva en Helmand y la reducción de la violencia en el país.