La Justicia holandesa da alas a los ataques xenófobos del ultra Wilders

imane rachidi ÁMSTERDAM / EFEREDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

PIROSCHKA VAN DE WOUW | Reuters

Lo condena por «insultar» a marroquíes, pero no por incitar al odio

05 sep 2020 . Actualizado a las 09:16 h.

El ultraderechista holandés Geert Wilders es culpable de «insultar a un grupo» de población durante un mitin en el que comprometió su empeño en que haya «menos marroquíes» en los Países Bajos, aunque no incitó con ello a la discriminación ni al odio, dictaminó este viernes la Justicia holandesa en el juicio más mediático del país.

El Tribunal de Apelaciones de La Haya consideró que las declaraciones de Wilders, incluso si se hicieron en un contexto de debate político, fueron «innecesariamente ofensivas», al hablar «sin justificación ni explicación adicional» y de forma «negativa sobre una minoría». Subrayó que «el derecho a la libertad de expresión, en particular la de un político, no excluye la condena en este caso», aunque explicó que las declaraciones en sí mismas no fueron ofensivas. El insulto está «en el contexto en el que se expresaron, se trataba de desacreditar a toda una población».

El 19 de marzo del 2014, en la noche de las elecciones municipales, el líder del Partido por la Libertad (PVV) preguntó a la audiencia si quería «¿más o menos marroquíes?» en los Países Bajos, a lo que todos contestaron a gritos «¡Menos! ¡Menos!», respuesta que el populista holandés terminó con una promesa: «Entonces, lo haremos posible».

Wilders sabía que sus comentarios «causarían conmoción» entre los marroquíes en los Países Bajos, dañando el honor y la dignidad de esta parte de la población, y alimentando «la polarización» en la sociedad holandesa, por lo que «fue demasiado lejos», tanto con sus declaraciones en el mitin como con una entrevista anterior, en opinión del tribunal.

El tribunal, que revoca en parte una sentencia anterior que también consideró al populista culpable de insultar a un grupo, absuelve en esta ocasión a Wilders del delito de incitación al odio o a la discriminación porque la intención del político ultraderechista «no tenía como objetivo alentar a su público a hacerlo».

«La gravedad de los hechos y las circunstancias personales especiales, como el hecho de que el propio Wilders ha pagado un alto precio por hacer públicas sus opiniones durante años, hacen que el tribunal crea que una sanción ya no sirve para nada», concluyó la sala, que no impuso castigo alguno al acusado, al tener en cuenta que es el político más amenazado de Países Bajos por sus declaraciones antimigratorias y antimusulmanas.

«República bananera»

El político no está de acuerdo con el fallo y prometió usar todas las vías judiciales para lograr ser absuelto también del delito de insultar a un grupo porque siempre ha defendido que no se refería a todos los marroquíes, sino a aquellos con «un historial criminal», y tildó este proceso de «un juicio político» en su contra, «con interferencias» del Gobierno holandés en el poder judicial.

«Holanda se ha convertido en un país corrupto. (...) No os hagáis ilusiones tan rápido. Seguiré, siempre seguiré diciendo la verdad, sean cuales sean las consecuencias. Esto solo me hará a mí y al PVV más fuertes», declaró Wilders a su salida del tribunal.

Para él, la sentencia, que recurrirá ante el Tribunal Supremo, es «ridícula e inaceptable» y hace que los Países Bajos se haya «convertido en una república bananera en ese sentido».

Este es uno de los casos más mediáticos de Países Bajos y ha supuesto seis años y medio de debates sobre los límites de la libertad de expresión.