El poder de las milicias armadas invade el debate electoral en EE.UU.

Caroline Conejero NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

Vehículos destruidos después de días de disturbios en el centro de Kenosha
Vehículos destruidos después de días de disturbios en el centro de Kenosha TANNEN MAURY | Efe

Antes de visitar Kenosh, Trump defiende al joven que mató a dos manifestantes y compara a los policías que dispararon al afroamericano con jugadores de golf que se «atascan»

01 sep 2020 . Actualizado a las 16:41 h.

El presidente Donald Trump desató este lunes una nueva oleada de amenazas para allanar el camino a una acción federal en Portland tras los disturbios del fin de semana que causaron la muerte de un miembro de extrema derecha durante los enfrentamientos contra manifestantes antirracismo. Las nuevas amenazas del mandatario estadounidense coronan una volátil semana de violencia en las calles, un tema que acapara ya la campaña electoral en un país con la temperatura al máximo y que entra en una nueva fase de crispación social y división política.

Las protestas contra el racismo extendiéndose a través del país y los consiguientes disturbios violentos que intentan desacreditarlas se han convertido en un hecho que oscila peligrosamente sobre las cabezas de ambas campañas electorales. A solo dos meses de las elecciones presidenciales más cruciales de la historia moderna del país, la violencia amenaza con hacer mella en la sensibilidad de los electores y producir una reacción de último momento que podría inclinarse en cualquiera de los lados para determinar el signo electoral.

El candidato demócrata, Joe Biden, en un discurso este lunes desde Pittsburgh, acusó a Trump de incitar a la violencia en el país durante años y de haber perdido el liderazgo moral para resolver las crisis. Biden recriminó al presidente porque, según él, busca el caos en lugar del orden y no ha condenado la violencia de sus partidarios y de los grupos armados que actúan amparados en sus consignas y en el discurso del supremacismo blanco.

El líder demócrata defendió la justicia racial y distinguió los disturbios de las protestas pacíficas contra el abuso policial. Afirmó que condena cualquier tipo de violencia provenga de donde provenga y retó al presidente a condenarla también. Biden enumeró la lista de las crisis que asolan al país en estos momentos incluida la pandemia del coronavirus, que el pasado fin de semana superó los 183.000 muertos y los seis millones de casos. El candidato enfatizó la necesidad de terminar con el espectro del racismo que destruye comunidades y enfrenta a la sociedad.

El caso de Jacob Blake, Trump, que aún no ha hablado con la familia del herido ni tiene planes para entrevistarse con ellos, sí prevé reunirse este martes con los miembros de las fuerzas de seguridad de Kenosha para evaluar los daños provocados por los recientes disturbios. El nuevo epicentro de las protestas contra la violencia policial tras el reciente altercado que dejó paralizado al afroamericano Jacob Blake a causa de siete disparos por la espalda podría convertirse en el foco de nuevas tensiones con la visita del presidente a las fuerzas de seguridad mientras ignora a las víctimas de los abusos policiales.

El caso Blake

Tras una semana de silencio, finalmente el líder republicano el lunes se refirió por primera vez al incidente con Blake sobre el que vagamente comentó su disgusto al ver las imágenes. El político que ha convertido en lema de su campaña electoral la amenaza de despliegue de fuerzas armadas federales se ha negado por otra parte a condenar al joven de 17 años armado con un fusil Kyle Rittenhouse, que el pasado viernes en Kenosha disparó a muerte a dos activistas en las protestas.

«Lo hubieran matado»

Horas antes de su visita a Kenosha, el presidente defendió a Rittenhouse. «Ustedes vieron el mismo vídeo que yo. Él estaba tratando de escaparse de ellos [los manifestantes], supongo, y se cayó y le atacaron muy violentamente, y es algo que estamos examinando, que está bajo investigación», respondió Trump a la pregunta de por qué no condena lo que hizo Rittenhouse. «Creo que él estaba en muchos aprietos, y que probablemente le habrían matado», añadió, según informa Efe.

El momento al que se refería Trump -aquel en el que Rittenhouse cayó al suelo- se produjo después de que el joven hubiera matado ya a uno de los manifestantes, Joseph Rosenbaum, según muestra un vídeo del incidente y corroboran los documentos judiciales. 

El joven, que era simpatizante de Trump y acudió a uno de sus mítines en enero, huía de los manifestantes que pedían detenerle porque había disparado a Rosenbaum, y en un momento se cayó y apuntó con el rifle a quienes le perseguían, que trataron de desarmarle. Uno de los manifestantes, el joven blanco Anthony Huber, intentó golpear a Rittenhouse con su monopatín para quitarle el arma, pero el adolescente le disparó en el pecho y le mató; antes de herir en el brazo a un tercer manifestante, Gaige Grosskreutz, quien llevaba una pistola, según los documentos judiciales.

Durante una entrevista la noche del lunes a la cadena Fox News, Trump comparó a los polcías que en los últimos meses han disparado a negros desarmados, con jugadores de golf que se «atascan» y no consiguen hacer un putt. 

«Disparar muchas veces al tipo por la espalda... ¿No podrían haber hecho algo diferente, no podrían haber forcejeado con él? Pero se atascan», afirmó Trump en referencia al caso de Jacob Blake. «Se atascan. Es como en un torneo de golf, cuando no aciertan un putt a tres pies (de distancia)», agregó.

Tras los altercados en Kenosha y Portland, la Policía se enfrenta críticas sobre su tolerancia hacia los grupos armados y las milicias voluntarias. Tras la muerte de un manifestante, este cuerpo ha declarado las protestas ilegales en Portland. Las confrontaciones entre estos grupos armados y activistas han dejado ya tres muertos en los últimos días. Se trata de cuadrillas de civiles pertenecientes a la extrema derecha que han venido operando en distintas ciudades a través del país con el propósito de desacreditar y crear el caos en las concentraciones contra la violencia policial y el racismo. Actúan bajo la excusa de mostrar su apoyo y asistir a las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, las ultimas muertes han incrementado la presión sobre la Policía, acusada de tolerar la presencia de pistoleros autodesignados defensores de la ley que ocupan las protestas sin uniforme, entrenamiento profesional y que actúan con limitada responsabilidad. Las motivaciones de estos agentes armados -indistinguibles unos de otros una vez que las masas de manifestantes llenan las calles- incluyen la protección de la propiedad comercial, la libertad de expresión, la defensa de la supremacía blanca y el fomento de la guerra civil.