Trump pierde a su colaboradora más fiel en el momento crítico de la campaña

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Mike Segar | Reuters

Kellyanne Conway anuncia su adiós en el arranque de la convención republicana

24 ago 2020 . Actualizado a las 19:01 h.

La capacidad de Donald Trump para triturar a sus colaboradores más cercanos apunta a plusmarca. John Bolton (asesor de seguridad nacional), James Comey (director del FBI), Reince Priebus (jefe de gabinete), Anthony Scaramucci (director de comunicación), Steve Bannon (jefe de estrategia), Rex Tillerson (secretario de Estado) y Jeff Sessions (fiscal general) son solo algunas de las cabezas cortadas por el inquilino de la Casa Blanca desde su llegada al Despacho Oval. Donald Trump usa estos puestos como meros fusibles. Si hay una subida de tensión, son ellos los que acaban achicharrados, a los pies de la prensa, y el presidente se mantiene indemne.

Precisamente por ser una de las colaboradoras más fieles de Trump, al que asesoraba desde la campaña electoral del 2016, y una de las contadas supervivientes de su círculo de confianza, ha caído como una bomba en las filas republicanas el anuncio de su asesora Kellyanne Conway de que a finales de mes dejará de ser consejera presidencial. Su papel como jefa de campaña, a las órdenes del controvertido Steve Bannon, resultó decisivo en los comicios de hace cuatro años y el hecho de que haya hecho público su adiós en el inicio de la convención republicana en Charlotte (Carolina del Norte) no ha sido el mejor prólogo para una cita que, más allá del trámite formal de la nominación oficial del candidato, se considera un momento crítico de la eterna campaña electoral norteamericana.

La consejera tenía previsto intervenir en la convención este miércoles, y aunque la agenda en principio se mantiene, hay serias dudas entre los republicanos sobre si su participación en una cita reservada a los fieles y orientada a la exaltación del líder resulta ahora lo más conveniente.

Hechos alternativos

Conway ha sido una de las más férreas defensoras de Donald Trump y es la autora de algunos de los conceptos más osados que maneja con desparpajo la derecha estadounidense. Cuando se desató la polémica sobre las cifras de asistencia a la toma de posesión del magnate como presidente, en enero del 2017, la asesora fue la que replicó a los periodistas que frente a los datos de la prensa, su gabinete ofrecía «hechos alternativos». De ahí a la realidad alternativa, solo había un paso.

Se da la circunstancia de que su marido, George Conway, es uno de los más furibundos opositores a Trump dentro de las propias filas republicanas. Desde el Proyecto Lincoln ha tratado de convencer al sector más conservador de la sociedad americana para que se oponga a la reelección del presidente e incluso ha llegado a poner en duda la estabilidad mental de Trump.

Tanto Kellyanne Conway como su pareja han anunciado que su único deseo es dedicar más tiempo a sus hijos, por lo que George Conway también ha anunciado que dejará el Proyecto Lincoln para centrarse en la familia. «No estamos de acuerdo en muchas cosas, pero estamos unidos en lo que más importa: los niños», zanjó este lunes la asesora.