Leiras apunta que la falta de liderazgo es solo uno de los problemas de la oposición de derechas. La coalición también tiene que procesar la derrota electoral del 2019 y preservar la coexistencia de sus diferentes posicionamientos, pues la formación Juntos por el Cambio está compuesta principalmente por los partidos PRO, URC, Coalición Cívica y sectores del Peronismo Federal. «Estos desafíos no han resultado en la ruptura de la alianza, al menos en el corto plazo, pero ellos solo pueden desplegar una estrategia reactiva o defensiva frente a las iniciativas del Gobierno de Fernández», explica el académico.
Las posibles fracturas en la coalición, sin embargo, no significarían algo malo, según la politóloga Mara Pegoraro. Explica que el sistema electoral argentino estimula «una mayor fragmentación en los bloques legislativos y una mayor dispersión de la oposición para que la sociedad argentina no se sintetice en posiciones mayoritarias». Actualmente, el Congreso del país está compuesto por 17 bloques legislativos distintos, «lo que significa que no existe una sola oposición y Juntos por el Cambio se ha caracterizado por tener diferentes exponentes y referentes con capacidad para articularse», dice Pegoraro.