Emiratos Árabes abre la puerta del golfo Pérsico a Israel

Mikel Ayestaran JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

Palestinos protestan contra el nuevo acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes, tachando imágenes del príncipe de Abu Dhab, Mohammed bin Zayed al-Nahyan, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu
Palestinos protestan contra el nuevo acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes, tachando imágenes del príncipe de Abu Dhab, Mohammed bin Zayed al-Nahyan, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu ALAA BADARNEH

Baréin y Omán apuntan como los dos próximos países en formalizar las relaciones con el Estado hebreo tras el histórico acuerdo alcanzado

14 ago 2020 . Actualizado a las 19:48 h.

Tras el inicio del proceso para normalizar las relaciones con Emiratos Árabes Unidos a cambio de frenar, de momento, la anexión de Cisjordania, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu aseguró que «otros países se sumarán pronto a nuestro círculo regional de paz».

El asesor de la Casa Blanca Jared Kushner, yerno de Donald Trump, informó que existen «muchas posibilidades» de que otros países árabes logren un acuerdo de paz «en los próximos tres meses», antes de las elecciones en Estados Unidos.

Omán, a donde Netanyahu viajó en el 2018, y Baréin, sede de la V Flota de Estados Unidos, son los principales candidatos y ambos felicitaron a los emiratíes tras hacerse público un acuerdo que «fortalece la estabilidad y paz en la región», según el comunicado oficial emitido por las autoridades de Manana.

Trump planea escenificar el tratado con una cumbre trilateral en Washington con Netanyahu y el príncipe Mohamed Bin Zayed. Mientras, ambos países trabajan en una hoja de ruta que recoge la firma de acuerdos en materia de inversiones, turismo, conexiones aéreas y seguridad.

El Canal 12 israelí adelantó que Tel Aviv enviará en los próximos días una delegación al Golfo encabezada por el jefe del Mossad, Yossi Cohen, a quien se considera uno de los artífices de un acuerdo que se forjó durante sus viajes clandestinos del año pasado a Abu Dabi.

El impulso final, según The New York Times, se produjo durante la pandemia del coronavirus cuando Cohen gestiono el envío de varios aviones con ayuda médica israelí. Lo que era aun secreto a voces en esta parte del mundo se hizo oficial el jueves desde la Casa Blanca.

Emiratos se convierte en la puerta de entrada de Israel al golfo Pérsico, un avance que le permite izar la bandera con la estrella de David frente a Irán, su gran enemigo regional. El movimiento se produce en un momento clave, justo antes de las elecciones estadounidenses en las que, si pierde Trump, se abre un nuevo escenario en el que Joe Biden podría apostar por recuperar el acuerdo nuclear que Barack Obama alcanzó con los iraníes y que Trump hizo saltar por los aires.

El Ministerio de Exteriores de la república islámica emitió un comunicado en el que señaló que el pacto es una «estupidez estratégica de Abu Dabi y Tel Aviv que sin duda reforzará el eje de resistencia en la región». En opinión de los iraníes, «el pueblo oprimido de Palestina y todas las naciones libres del mundo nunca perdonarán la normalización de las relaciones con el ocupante y el régimen criminal de Israel».

Recep Tayyip Erdogan también se posicionó contra la decisión emiratí y aseguró a los medios turcos que «podríamos suspender nuestras relaciones diplomáticas con el Gobierno de Abu Dabi o bien convocar a nuestro embajador». El líder islamista, uno de los grandes apoyos en el exterior de Hamás, acusó al país del Golfo de «traicionar a la causa palestina».

Tercer acuerdo

Israel firma su tercer acuerdo de paz con un país árabe, tras los alcanzados con Egipto y Jordania, y a cambio entrega su palabra de frenar, de momento, la anexión de buen parte de Cisjordania. Emiratos intenta vender al público árabe que con esta firma ha logrado detener la anexión y Netanyahu trata de maquillar este paso atrás en la expansión de la soberanía diciendo que es «temporal» y enmarcando su éxito en el frente regional árabe israelí.

La extrema derecha elevó el nivel de sus críticas contra el primer ministro y David Elhayani, líder del movimiento colono, le acusó de «engañarnos durante mucho tiempo». El diputado Bezalel Smotrich, líder de la formación ultraconservadora Yamina, dijo que «ha llegado el momento de presentar una alternativa al actual primer ministro».

Esta anexión suponía extender la soberanía israelí a los territorios de Judea y Samaria, según los nombres bíblicos por los que les conocen los colonos, pero se había convertido también en un dolor de cabeza para Netanyahu debido a la fuerte oposición dentro de su propio Gobierno y desde la comunidad internacional.

En medio de todo el asunto, los palestinos elevaron la voz para denunciar lo que calificaron de «traición» y pidieron a los países árabes que no sigan el camino de Emiratos y no normalicen sus reacciones con Israel. El problema es que hace mucho que los líderes árabes no escuchan las demandas palestinas.