Crece la tensión en la política andina de cara a las próximas elecciones presidenciales

Héctor Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

MANUEL CLAURE | Reuters

El nuevo retraso de los comicios en Bolivia y la anulación en Ecuador del partido de Correa causan indignación ciudadana

03 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ecuador y Bolivia celebran elecciones presidenciales en los próximos meses. No serán unos comicios apacibles, después de las profundas crisis sociopolíticas que vivieron ambos países a finales del 2019. La tensión, lejos de desvanecerse, ha aumentado en las últimas semanas debido a las controvertidas decisiones de las autoridades encargadas de planificar todos los procesos de elección.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador falló, el pasado 20 de junio, suspender al partido Fuerza Compromiso Social (FCS) de la lista de formaciones habilitadas para participar en las elecciones, que se celebrarán el 7 de febrero del 2021. FCS es el partido en el que se han aglutinado los seguidores del ex presidente izquierdista Rafael Correa (2007-2017), que planteó la posibilidad de presentarse a la vicepresidencia de Ecuador, debido a que la ley electoral no permite que vuelva a postularse para liderar el país.

«Nos roban nuevamente la democracia», señaló el ex dirigente progresista -que ha sido condenado por un tribunal ecuatoriano a ocho años de prisión por corrupción- y denuncia estar siendo víctima de un acoso judicial y mediático que tendría como objetivo alejarle tanto a él como a sus seguidores de la política ecuatoriana.

El CNE ha actuado tras la insistencia de la Contraloría General del Estado, que detectó el pasado año firmas duplicadas y también de menores de edad en los apoyos presentados por FCS para inscribirse como partido político. La ley electoral ecuatoriana exige recoger las firmas de, al menos, el 1,5% del padrón electoral para poder participar en unos comicios.

Los magistrados han dado al partido «correísta» -que se hizo en el 2019 con la prefectura de Pichincha, la provincia donde se encuentra la capital, Quito- un plazo de diez días para presentar alegaciones, que se cumple la próxima semana.

La decisión del CNE ha sido muy criticada por los adeptos a Correa. Han amenazado con salir masivamente a las calles, a pesar de la pandemia global del coronavirus, que deja oficialmente en Ecuador más de 83.000 casos positivos y 5.702 muertes, aunque numerosos analistas consideran que las cifras reales son muy superiores.

Protestas en Bolivia

Por otra parte, a las calles de Bolivia han salido miles de sindicalistas, campesinos y cocaleros afines al ex presidente Evo Morales, exiliado en Argentina. Protestan contra la decisión del Tribunal Electoral de retrasar las elecciones presidenciales hasta el próximo 18 de octubre.

Al menos 5.000 personas se manifestaron y bloquearon carreteras el pasado martes en El Alto, una localidad vecina a La Paz. Anunciaron nuevas movilizaciones y una huelga indefinida para la próxima semana si los magistrados no revocan el aplazamiento de los comicios.

Inicialmente los bolivianos fueron llamados a las urnas el pasado 3 de mayo, pero la pandemia provocó una primera suspensión electoral. El Congreso, donde los afines a Morales son mayoría, aprobó hace unas semanas celebrar las presidenciales el próximo 6 de septiembre. La decisión fue, en un principio, acatada por los magistrados electorales, pero más tarde, a finales de julio, decidieron volver a retrasar la fecha debido al alto número de contagios del covid-19 registrados en el país.

La presidenta interina, Jeanine Áñez, que podría superar el año en el cargo si hubiese una segunda vuelta, pidió insistentemente retrasar el calendario electoral debido a la pandemia, que deja en Bolivia más de 76.00 casos positivos y 2.977 muertes.

Los seguidores del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales -cuyo candidato presidencial, Luis Arce, lidera las encuestas- creen que la líder boliviana quiere perpetuarse en el poder y están dispuestos a continuar demostrando su malestar en las calles.