La UE amenaza con expulsar también a la embajadora de Maduro en Bruselas

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Nicolás Maduro, ataviado con mascarilla, durante una intervención en el palacio de Miraflores
Nicolás Maduro, ataviado con mascarilla, durante una intervención en el palacio de Miraflores Jhonn Zerpa / Prensa Miraflores / dp

Cabo Verde acepta entregar a EE.UU. a Alex Saab, presunto testaferro del líder chavista

30 jun 2020 . Actualizado a las 21:15 h.

El alto representante de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, amenazó este martes con responder «con reciprocidad» a la expulsión de Isabel Brilhante, embajadora de la UE en Caracas, por parte del régimen de Nicolás Maduro, lo que en lenguaje diplomático significaría que la UE expulsaría también a la representante del Gobierno de Maduro en Bruselas. Como primer paso, la Unión Europea llamó a consultas a la embajadora venezolana ante las instituciones comunitarias, Claudia Salerno Caldera.

Maduro concedió un plazo de 72 horas a la portuguesa Brilhante para abandonar Caracas. Un gesto que se produce como respuesta a las sanciones de la UE contra varios parlamentarios venezolanos que abandonaron las filas de la oposición y crearon una cúpula paralela de la Asamblea Nacional.

«Condenamos y rechazamos la expulsión de nuestra embajadora en Caracas», manifestó Borrell en un tuit, en el que prometió «una respuesta recíproca». Según el excanciller español, «solo una solución negociada entre venezolanos permitirá salir al país de su profunda crisis».

Durante una intervención el lunes al anochecer en Caracas, medianoche en Europa, Maduro había calificado de «supremacista» e «injerencista» a la Unión Europea y dio 72 horas a la embajadora Brilhante para abandonar la capital venezolana. 

«Si quiere le ponemos un avión para que se vaya», señaló el líder chavista, en alusión a las comunicaciones interrumpidas de la aviación comercial entre América y Europa por la pandemia del covid-19.

Maduro fue más allá: acusó al embajador español en Caracas, Jesús Silva, de formar parte de la llamada operación Gedeón, la supuesta (además de confusa y fallida) intrusión de mercenarios estadounidenses en Venezuela, desvelada en mayo, y de cuya autoría intelectual el régimen venezolano culpa a Leopoldo López, político opositor venezolano que es huésped de la embajada española en Caracas desde abril del 2019.

«Esperen noticias en las próximas horas», amenazó Maduro, para quien «estos funcionarios de la UE y la propia UE siguen teniendo esa actitud arrogante supremacista: determinar quién se porta bien, quién se porta mal».

Las sanciones de la UE (las primeras desde el 2017) afectaron, aparte de a Luis Parra, a otros dos diputados, Franklyn Duarte y Negal Morales; a dos funcionarias de la Asamblea Nacional Constituyente, el parlamento paralelo establecido por el régimen de Maduro desde el 2017 y el cual la UE no reconoce; al contralor (interventor) del régimen, Elvis Amoroso; y a varios funcionarios del poder judicial.

La conexión caboverdiana

A Parra, Duarte y Nogales se les vincula con Alex Saab, el supuesto testaferro de Nicolás Maduro que espera en Cabo Verde por su destino, tras ser arrestado el 12 de junio por solicitud de la Interpol cuando se detuvo a repostar combustible en ese archipiélago, en ruta hacia Teherán.

Saab, quien supuestamente es el operador de los negocios ilegales del régimen venezolano en su intento de eludir las sanciones norteamericanas, podría ser deportado a EE.UU. en las próximas horas, según autoridades caboverdianas, que ya han aceptado la petición de entregarlo.

Con esto, el país norteamericano se anticipa a Colombia, país natal de Saab, que también pidió su extradición; y a Venezuela, que ha jugado duro diplomáticamente para que sea liberado, hasta ahora, sin éxito.