Bruselas pide a Pekín más avances en la apertura de su mercado

Salvador Arroyo BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

Ursula Von der Leyen y Charles Michel, durante la videoconferencia con los representantes chinos
Ursula Von der Leyen y Charles Michel, durante la videoconferencia con los representantes chinos YVES HERMAN | Efe

La UE expresa su gran preocupación por la crisis en Hong Kong

23 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con paciencia y pies de plomo, la Unión Europea buscó este lunes rebajar las tensiones con China en uno de los momentos más difíciles de su siempre compleja relación bilateral. Los líderes de las instituciones europeas (Charles Michel, presidente del Consejo; Ursula von der Leyen, de la Comisión; y Josep Borrell, Alto Representante de Política Exterior) mantuvieron una videocumbre con el primer ministro chino, Li Keqiang, a la que siguió otra con el presidente Xi Jinping. El resultado fue un compromiso de mejorar la «cooperación y confianza» en materia comercial, acción climática, desarrollo tecnológico y defensa del multilateralismo. Obvio ante un coloso que supone ya el 16% de la riqueza global con el que, además, la UE mantiene un intercambio comercial diario que se cifra en 1.500 millones de euros. China es, además, responsable del 30% de las emisiones contaminantes a la atmósfera. Así que sin ella, el camino hacia la descarbonización del planeta que pretende pilotar la UE, pierde sentido.

Pero Bruselas también matiza. Hay desequilibrios económicos en su relación; desconfianza (parte de la infodemia sufrida durante la crisis de la Covid-19 se ha gestado allí) y una escala de valores muy dispar. «Para la UE los derechos humanos y las libertades fundamentales no son negociables». Así que Von der Leyen incidió en que «hay una gran preocupación» en Europa por la pretensión de Pekin de mermar la autonomía de Hong Kong con su nueva ley de seguridad. Ya el pasado viernes, una resolución de la Eurocámara pedía llevar a China ante la Corte Internacional de Justicia si seguía adelante con esos planes.

Pero los Estados miembros descartan, de momento, tanto esa opción como la de las sanciones comerciales. Contraproducente en el contexto de una relación «compleja, pero vital», como enfatizaba -desde el mismo titular- el comunicado que se lanzó en la capital comunitaria al término de la cita. El objetivo de esta cumbre era limar asperezas, reconducir la relación para hacerla más equilibrada en lo económico. Y también reforzar la propia autonomía de una UE que desde que Donald Trump tomó la Casa Blanca, hace equilibrios para no quedar atrapada en la contienda política y comercial que mantiene Washington con Pekin.

El «rival estratégico»

Así que asumiendo que el socio es incómodo, pero necesario; que China es un «rival estratégico» que también necesita a la UE, los líderes de las instituciones comunitarias pidieron (una vez más) que el acceso a su mercado sea tan abierto como lo es el europeo. «Se necesita un progreso urgente, en particular en el comportamiento de las empresas estatales, la transparencia de los subsidios y las normas que abordan las transferencias forzadas de tecnología», destacó Michel. En las próximas semanas ambos suscribirán el pacto sobre indicaciones geográficas (que permitirá proteger contra imitaciones y usurpación marcas propias de calidad de la UE).

Pero se reclamó «una mayor ambición» a Pekín para poder cerrar ese compromiso más amplio de inversión en igualdad de condiciones que se viene negociando desde hace seis años y que permita resolver los problemas de acceso a su mercado a los que se enfrentan las empresas europeas, por un marco regulatorio más restrictivo que el europeo. Una situación que recientemente ha llevado a la Comisión a iniciar una periodo de consultas para aprobar un marco legislativo que ponga coto a las empresas que están financiadas por el Estado chino y que operan en europa causando una «importante distorsión» de las condiciones de competencia.

El desarrollo de nuevas tecnologías digitales, la ciberseguridad, la desinformación y también el cambio climático estuvieron en esa puesta al día de la relación bilateral. China no se ha desmarcado del Acuerdo de París (algo que sí hizo EE. UU.) «pero necesita comprometerse a una acción nacional decisiva y ambiciosa para reducir las emisiones a corto plazo y establecer una meta de neutralidad climática lo antes posible», le emplazó la UE.