Al mismo tiempo, miles de personas se han congregado en Atlanta, donde se ha incrementado la tensión con las fuerzas policiales. La alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, ha alentado a los ciudadanos a manifestarse pacíficamente. «Cuando las vidas y la conciencia de esta nación están en peligro, se espera que nosotros como ciudadanos ejerzamos nuestros derechos constitucionales de reunirnos pacíficamente y que nuestras voces sean escuchadas. Atlanta encarna estos valores y yo animo a todo aquel que quiera ejercer sus derechos a que recuerden el legado de Atlanta en las protestas pacíficas que conducen al progreso», ha expresado la alcaldesa.
Floyd, de 40 años, falleció la noche del lunes después de ser detenido bajo sospecha de pagar con un billete falso de 20 dólares en un supermercado. «Por favor, no puedo respirar», la súplica del arrestado, mientras el agente Chauvin presionaba la rodilla sobre su cuello, se ha convertido en el grito de la movilización.
Las protestas comenzaron a descontrolarse el jueves después de que el fiscal del condado de Hennepin -con jurisdicción sobre Minneapolis-, Mike Freeman, anunciará que no tenía intención, de momento, de imputar cargos ni de detener a Chauvin. De poco sirvió para calmar los ánimos que el comandante de la Policía, Medaria Arradondo, que ya ha despedido a Chauvin y a los otros tres agentes implicados, pidiese perdón a la familia de Floyd.
Con la caída del día, los saqueos e incendios proliferaron, entre ellos los de la comisaría de Policía del Tercer Precinto de Mineápolis, convertida en epicentro de la protesta. El vídeo con la detención de un reportero negro de la CNN que cubría en directo los disturbios caldeó aún más el ambiente.
Twitter amonestó a Donald Trump por «glorificar la violencia» por un tuit en el que llamaba «matones» a los manifestantes y sugería que los saqueadores debían ser fusilados.
Barack Obama, el único presidente afroamericano, aseguró que casos como el de Floyd «no deberían ser normales en los Estados Unidos de 2020». El virtual candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden acusó a Trump de fomentar la violencia entre la población en un momento de extrema tensión racial. Tensión que se dejó ver también en Louisville, estado de Kentucky, donde se produjeron siete heridos de bala, una de ellos en estado crítico, durante una protesta por la muerte de una mujer de raza negra durante una redada policial antinarcóticos.
La cantante Taylor Swift puso la guinda, tras acusar a Trump de avivar el supremacismo blanco y el racismo durante su mandato: «Te echaremos en noviembre».
Miguel-Anxo Murado
Una nueva muerte de un sospechoso de raza negra, en este caso a manos de la policía de Minneapolis, ha vuelto a abrir el debate sobre la brutalidad y el racismo de la policía en Estados Unidos. Pero es un debate que, a menudo, se hace al margen de los datos. Para empezar, es preciso distinguir entre los dos conceptos: el de la brutalidad policial y el del racismo institucionalizado, porque, aunque puedan coincidir, son variables independientes.
Respecto a la brutalidad policial, los expertos son casi unánimes: la policía norteamericana tiende a usar una fuerza excesiva con los sospechosos, sean de la raza que sean. Se han avanzado muchas explicaciones para esto, como la posible influencia de tácticas militares en los protocolos policiales (gran número de agentes proceden del Ejército y muchos son veteranos de Irak o Afganistán). Quizás una hipótesis más razonable es que en todas partes la agresividad de la policía y la de los delincuentes tiende a igualarse, y en una sociedad en la que es tan fácil para un delincuente hacerse con armas de fuego esto conduce a una espiral cada vez más violenta.
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Detenidos
El saldo de detenidos en la noche del viernes al sábado se cuentan por cientos. La Policía de Los Ángeles ha informado de entre 400 y 500 detenciones. En el caso de Nueva York, según fuentes policiales y la CNN, los arrestos ascienden a 200, además de haberse registrado una docena de agentes heridos.
En Chicago se produjeron más de 100 arrestos, 108 en concreto, según ha explicado el superintendente de la Policía de la ciudad, David Brown, en rueda de prensa este sábado.