China amplía su control de Hong Kong y acentúa la guerra fría con EE.UU.

Zigor Aldana SHANGHÁI / COLPISA

INTERNACIONAL

2.878 delegados respaldaron la nueva ley, frente a uno solo que votó en contra y seis que se abstuvieron
2.878 delegados respaldaron la nueva ley, frente a uno solo que votó en contra y seis que se abstuvieron ROMAN PILIPEY | Efe

La Asamblea Popular aprueba la ley de seguridad nacional que castigará los actos de secesionismo en la excolonia británica

28 may 2020 . Actualizado a las 20:05 h.

El modelo «un país, dos sistemas», que sirvió para encajar Hong Kong en la República Popular de China, vive la mayor crisis desde la devolución de la excolonia británica, en 1997. El peculiar acuerdo al que llegaron Londres y Pekín para preservar durante medio siglo la identidad del centro financiero -con su sistema capitalista, sus libertades y derechos, y su poder judicial independiente- está amenazado por la ley de seguridad nacional aprobada este jueves por la Asamblea Popular Nacional en la jornada de clausura de su reunión anual. Además de reactivar las protestas en Hong Kong, la aprobación de la controvertida ley de seguridad amenaza con enturbiar aún más las malas relaciones entre Pekín y Washington, desde que la pandemia del coronavirus azotó EE.UU.

El primer ministro Li Keqiang intentó enfriar esa tensión. Y en su rueda de prensa anual tras la clausura de la Asamblea aseguró que la «supuesta» guerra fría a la que EE.UU. está, según Pekín, llevando al gigante asiático «no beneficia a ninguna de las partes» y «perjudicaría al mundo entero».

Las votaciones en el pleno del principal órgano legislativo de China nunca suelen deparar sorpresas. Y la ley de seguridad nacional no fue una excepción. El marcador digital del Gran Palacio del Pueblo reflejó un consenso aplastante: 2.878 votos a favor, seis abstenciones, y un único voto en contra. Li Keqiang afirmó que la aprobación de la ley no atenta contra el modelo «un país, dos sistemas», sino que busca «promover la estabilidad en Hong Kong».

Ya solo queda la rúbrica del Comité Permanente para que la ley sea impuesta en el Anexo III de la miniconstitución por la que se rige la excolonia británica, saltándose así el trámite del debate y votación en el Parlamento autonómico. Desde ese momento, Hong Kong deberá «prevenir, detener y castigar» cualquier acto de secesionismo, subversión, y terrorismo. El Partido Comunista asegura que la ley solo tiene a un «pequeño grupo de gente» en su diana: el que componen los manifestantes que incendian las calles del centro financiero desde hace casi un año. Eso sí, según avanzó el South China Morning Post mencionando fuentes anónimas, quienes estén acusados de los delitos que castiga la ley no serán juzgados en la China continental, como temían muchos, sino en Hong Kong. 

EE.UU. amenaza con represalias

No obstante, los activistas prodemocracia de esta ciudad de 7,4 millones de habitantes consideran que la nueva norma cambia por completo las reglas del juego y pone en peligro el Estado de derecho en Hong Kong. En esa erosión de la autonomía se basa también la decisión del secretario de Estado de EE.UU,, Mike Pompeo, de retirar a la ciudad su estatus preferencial (primer paso antes de que Washington modifique el estatus económico preferente que concede a la excolonia británica). Y Trump podría dictar sanciones económicas a China.

Pekín ya ha advertido de que, si EE.UU. adopta ese tipo de medidas, lo consideraría «una intervención en sus asuntos internos» y tomaría represalias.

Esas medidas, según adelantaba el diario oficial chino Global Times, podrían incluir «sancionar a las compañías estadounidenses involucradas en actividades antichinas» en Hong Kong o clausurar las agencias de inteligencia de Washington en la ciudad.