Israel forma el Gobierno de unidad que anexionará parte de Cisjordania

Mikel ayestarán JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

Benny Gantz y Benjamin Netanyahu se turnarán en la jefatura del Gobierno
Benny Gantz y Benjamin Netanyahu se turnarán en la jefatura del Gobierno Knesset Office | Reuters

La jura del Ejecutivo con más ministros de su historia pone fin al bloqueo político

18 may 2020 . Actualizado a las 15:32 h.

Después de tres elecciones, 18 meses de caos político interno y tres días de retraso de última hora, Israel tiene un Gobierno de unidad nacional liderado por Benjamín Netanyahu. Se trata del Gobierno con más carteras de su historia, formado por 36 ministros, para cerrar la crisis política más duradera su historia y tiene un punto prioritario en su agenda: poner en marcha la anexión de los asentamientos judíos de Cisjordania y del Valle del Jordán el 1 de julio.

Tras las ligeras dudas que pudo generar la no referencia a la anexión por parte de Mike Pompeo durante su visita de esta semana, el primer ministro señaló que «con todo el respeto a nuestros amigos estadounidenses, la seguridad de Israel es un tema exclusivamente nuestro» e insistió en que «ha llegado la hora» de aplicar la ley israelí sobre Cisjordania. Según Netanyahu, «esto no afectará la paz porque esas colonias serán parte de Israel en cualquier escenario», en alusión a los asentamientos que la legislación internacional considera ilegales.

El nuevo Gobierno será rotatorio y por ello además de Netanyahu, Benny Gantz también juró como primer ministro, cargo al que accederá el 21 de noviembre del 2021, según el pacto firmado entre ambos líderes. El exjefe del Ejército será hasta entonces el ministro de Defensa y otro exjefe del Ejército, Gabi Ashkenazi, se ocupará del Ministerio de Exteriores. Yariv Levin, persona muy cercana al primer ministro, ocupará la presidencial del Parlamento y Tzipi Hotovely será la ministra para los Asentamientos. Este nombramiento fue un secreto que Netanyahu no desveló hasta el último momento.

El reparto de carteras generó tensiones en el seno del Likud y ese fue el motivo principal por el que se tuvo que retrasar del jueves al domingo la formación del Ejecutivo. El nuevo Gobierno cuenta con representantes de la parte de Azul y Blanco que sigue leal a Gantz, los partidos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, los laboristas, Derech Eretz y Gesher. El partido ultraderechista Yamina quedó fuera debido a la falta de entendimiento entre Netanyahu y su exministro de Defensa, Naftali Bennet. 

Críticas de la oposición

Netanyahu sigue en su puesto de primer ministro y en esta condición comparecerá ante la Justicia el próximo domingo, fecha establecida para el inicio de su juicio por tres delitos de corrupción. Gantz fue su gran adversario en las elecciones de abril y septiembre del 2019 y de marzo de este año, cuando estaba al frente de la coalición Azul y Blanco y su sorpresiva decisión de pactar el Gobierno de unidad, con el pretexto de hacer frente a la emergencia del coronavirus, hizo saltar por los aires esta alianza que puso al Likud contra las cuerdas.

Yair Lapid, exsocio de Gantz en Azul y Blanco dirigió duras palabras a los nuevos primeros ministros de quienes «no puedo decir nada desde este podio que sea tan malo, violento y horrible como lo que os decís el uno al otro, incluso ahora, fuera de micrófono». Lapid calificó el coronavirus de «excusa» para formar «el Gobierno más corrupto e inflado de la historia».

El «rey Bibi» eclipsa la longevidad política de David Ben Gurion 

Benjamin Netanyahu, líder del Likud, tiene 70 años y afronta su quinto mandato, aunque esta vez será de forma alterna con Benny Gantz. Ya ha superado a David Ben Gurion, uno de los padres de Israel, como el primer ministro con más tiempo en el cargo y ahora afronta la anexión de los asentamientos judíos en Cisjordania y del Valle del Jordán como una misión personal, una marca con la que quiere pasar a la posterioridad.

Este logro, uno de los sueños del sionismo, está eclipsado por los escándalos de corrupción que le llevarán el próximo domingo ante la Justicia. Él asegura que es inocente y se siente víctima de una caza de brujas y así tratará de defenderse ante los jueces. Conocido con el apelativo de Bibi en Israel, su capacidad para superar adversidades en el terreno político le han hecho ganarse el sobrenombre de «rey Bibi» y cuando parecía arrinconado y fuera de juego, ha vuelto a emerger con este pacto de unidad nacional que le garantiza seguir en el cargo, al menos, hasta noviembre del 2021. «Yo o el caos», es la estrategia que este dirigente populista aplica en cada campaña y hasta ahora le ha dado el resultado que buscaba. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca le ha reforzado. 

El «príncipe» que trajo aire frescó pero acabó a la vera de su enemigo 

Tras poner a Benjamin Netanyahu contra las cuerdas en las últimas tres elecciones al frente de la coalición Azul y Blanco, Benny Gantz sorprendió a todos con su decisión de unirse a la persona contra la que tantas veces había arremetido por sus escándalos de corrupción. A sus 59 años, Gantz fue jefe del Ejército entre el 2011 y el 2015 y ahora será durante dieciocho meses ministro de Defensa para después, si todo sale según lo pactado, relevar a Netanyahu al frente del Gobierno de unidad.

Sin el carisma de su gran rival y con un discurso político tibio en el que siempre ha evitado pronunciarse sobre temas clave, la fugaz carrera política de este general de casi dos metros de altura se había basado hasta ahora en presentarse como una alternativa a la persona a la que ahora apoya en el Ejecutivo. Su discurso es «centrista», según sostienen los medios de comunicación israelíes, en comparación con el tono cada vez más ultraconservador de Benjamin Netanyahu. Con él logró convertirse en una esperanza del cambio que se frustró con su giro de última hora. Si a Bibi le apodan en su país como «el rey», el sobrenombre de Gantz es «el príncipe», toda una metáfora de la situación actual.