Pompeo viaja a Israel para apoyar la anexión en julio de Cisjordania

Mikel Ayestaran JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

Benny Gantz, socio de Gobierno de Netanyahu, se inclina ante la llegada de Pompeo
Benny Gantz, socio de Gobierno de Netanyahu, se inclina ante la llegada de Pompeo SEBASTIAN SCHEINER / POOL | Efe

El secretario de Estado y Netanyahu dan un nuevo impulso a su alianza contra Irán

14 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El coronavirus no fue impedimento para que Mike Pompeo volara ayer a Israel para reunirse con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en vísperas de la formación de Gobierno de unidad nacional que pondrá en marcha la anexión de los asentamientos judíos en Cisjordania. El secretario de Estado norteamericano, con una mascarilla con los colores de su bandera nacional, protagonizó la primera visita oficial que recibe en los últimos dos meses el Estado israelí, donde señaló la amenaza de Irán como uno de los motivos principales del viaje. El exjefe de la CIA se felicitó por la «fuerza de la alianza» entre EE.UU. e Israel, y puso como ejemplo esta primera salida al extranjero que realiza desde que comenzó la pandemia.

Pompeo acusó a la república islámica de «fomentar el terror» durante la crisis del covid-19, que le ha golpeado de lleno con más de 100.000 infectados y 6.700 fallecidos, según los datos oficiales. «Esto dice mucho sobre el espíritu de quienes dirigen ese país», según el enviado de Trump, para quien la política de sanciones contra los iraníes «ha sido exitosa», por lo que prometió que seguirá adelante con ella. Netanyahu agradeció estas palabras y adelantó su disposición a seguir compartiendo información con Washington para erradicar la amenaza de Teherán.

La reunión entre ambos mandatarios duró cerca de tres horas y se produjo después de tres semanas marcadas por al menos seis bombardeos atribuidos a Israel contra objetivos de Irán, gran aliado de Bachar al Asad, en Siria

Apoyo total de Trump

Con Irán y el coronavirus como telón de fondo, Netanyahu y Pompeo abordaron también la anexión de Cisjordania, que el nuevo Ejecutivo de unidad nacional espera hacer oficial en julio. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca los israelíes ya han logrado el reconocimiento de Jerusalén como su «capital unida e indivisible», el de su soberanía sobre los Altos del Golán, territorio ocupado a Siria desde 1967, y el nuevo paso de anexión de tierras en el horizonte consolidará el proyecto del Gran Israel, que apoyan los evangélicos en EE.UU. y contempla el «plan del siglo» de Trump.

«Dirigentes de todo el mundo nos han dicho claramente que la anexión representa una amenaza no solo para la paz en Oriente Próximo, sino para el sistema internacional en su conjunto», recordó desde Ramala el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, pero sus palabras no tienen hueco en la agenda de la Casa Blanca. Durante su visita, Pompeo también se reunió con Benny Gantz, quién según el acuerdo de Gobierno rotatorio firmado con Netanyahu, será primer ministro de Israel en un plazo de 18 meses.

Al margen de la diplomacia, los territorios ocupados vivieron otra jornada de violencia. 24 horas después de la muerte de un soldado israelí por el impacto de una piedra, un palestino de 15 años falleció por un disparo del Ejército y otro resultó herido grave.