La oposición tacha de montaje la fallida invasión marítima de mercenarios en Venezuela

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El fiscal general venezolano, Tarkek William Saab
El fiscal general venezolano, Tarkek William Saab MANAURE QUINTERO | Reuters

Maduro asegura que el objetivo de la incursión era matarlo y detiene a un segundo grupo de implicados en la incursión

04 may 2020 . Actualizado a las 22:38 h.

Nicolás Maduro afirmó este lunes que el objetivo de la fallida invasión marítima de un grupo de militares el domingo por la costa central de Venezuela era «matarlo», mientras su régimen denunciaba ante la ONU lo que considera una «escalada» de Estados Unidos y Colombia que «organizaron una nueva agresión armada contra Venezuela con una incursión mercenaria». Para la oposición, la incursión es solo un «montaje». El plan invasión está lleno de incongruencias: implicaba recorrer en lanchas pesqueras más de 500 kilómetros desde la costa de Colombia, y con unos paramilitares que portaban sus documentos de identidad y hasta un casco con la bandera de EE.UU. Además, el desembarco tuvo lugar en el punto más poblado de toda la costa venezolana, de más de 2.000 kilómetros de longitud.

Cortina de humo

El presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, señaló que el régimen de Maduro busca «confundir y sembrar evidencias». El exministro de Defensa Fernando Ochoa afirmó que «la supuesta invasión de Macuto no resiste un mínimo análisis militar» y que «lo que se persigue es distraer a la opinión pública ante la tragedia de escasez y hambre que se hará inmanejable con el fin de la cuarentena».

El régimen anunció la detención ayer de ocho personas, que constituían un segundo grupo de «mercenarios», en Chuao, un balneario muy conocido en la costa del estado Aragua, a unos 100 kilómetros de Caracas. Entre los arrestados está Adolfo Baudel, uno de los hijos del general Raúl Baduel, el exministro de Defensa que rescató a Hugo Chávez durante la fallida asonada del 2002 en su contra, y que lleva más de una década preso.

«El Gobierno de Maduro ha sido muy hábil en aprovechar las situaciones, reales o ficticias, para avanzar en el terreno de la represión, deteniendo a líderes sociales y políticos para enviar un mensaje al conjunto de la disidencia democrática», señaló a La Voz Rafael Uzcátegui, coordinador general de Provea. Esta oenegé de derechos humanos teme una nueva ola de detenciones arbitrarias.

El domingo, el ministro del Interior, Néstor Reverol, anunciaba que habían sido abatidos ocho supuestos mercenarios que pretendían desembarcar frente a las costas de La Guaira, para cometer «el asesinato de líderes del Gobierno y crear caos y confusión en la población» de cara a «un golpe de Estado».