El hambre lleva al motín a los presos de una cárcel venezolana y 46 de ellos acaban muertos a balazos

Pedro García Otero CORRESPONSAL | CARACAS

INTERNACIONAL

Los heridos fueron trasladados al hospital Dr. Miguel Oraá
Los heridos fueron trasladados al hospital Dr. Miguel Oraá STRINGER

El director de la penitenciaría fue apuñalado por la espalda

03 may 2020 . Actualizado a las 09:50 h.

No hay más que ver las fotos que se filtraron de la masacre para saber por qué cerca de 200 reclusos del Centro Penitenciario de Los Llanos, en Guanare (Venezuela) se amotinaron el viernes. La refriega acabó con 46 reclusos abatidos, además de otros 70 heridos a manos de los cuerpos de seguridad y también el director de la penitenciaría, Carlos Toro, apuñalado por la espalda.

De hecho, la experta en nutrición Susana Raffalli escribió en su twitter: «Quien sea que mire las imágenes de la masacre (…) encontrará razones para un motín (…) que la emaciación (adelgazamiento patológico) quede registrada en cada acta de defunción (…) las prisiones están bajo tutela del Estado».

Las fotos muestran la extrema delgadez de los reos que se alzaron por la falta de alimentos debida a que desde que el 13 de marzo empezó la cuarentena no han tenido contacto con sus familiares, de los que dependen para comer. Al final, intentaron una fuga masiva por las malas, pero acabaron tiroteados por los fusiles de la Guardia Nacional. Junto al director, otra funcionaria también fue alcanzada por las esquirlas de una granada lanzada por los reclusos.

La mayoría de presos venezolanos dependen de los alimentos que les envían sus parientes desde el exterior. Además, un estudio realizado por la oenegé Observatorio Venezolano de Prisiones, en torno a un 70 % de los internos presentan algún grado de desnutrición y enfermedades transmisibles como tuberculosis o sarna. Esa misma organización indicó ayer que el penal de Los Llanos, a 430 kilómetros al sur de Caracas y construido para 750 reos, albergaba a 2.250.

El régimen de Nicolás Maduro, como suele suceder con cada masacre penitenciaria, guardó silencio. Fue la GN la que en un comunicado indicó que «los internos rompieron las rejas de seguridad del perímetro e intentaron alcanzar la calle, enviando adelante a internos desarmados y sin protección, quienes cayeron al intentar fugarse del penal».

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos exigió «iniciar una investigación seria, imparcial y efectiva para la determinación de la verdad». María Beatriz Martínez, parlamentaria del estado Portuguesa acusó a la Guardia Nacional de «sobrerreaccionar», mientras la fiscal general en el exilio, Luisa Ortega, acusó al general a cargo del operativo de «ejecutar una masacre». y señaló que llevará el caso a la Corte Penal Internacional.