El descontento lleva a Maduro a fijar los precios de 27 productos básicos

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Las medidas del régimen amenazan con provocar el desabastecimiento y el mercado negro
Las medidas del régimen amenazan con provocar el desabastecimiento y el mercado negro Rayner Peña | Efe

Los saqueos y las protestas por hambre proliferan en el interior de Venezuela

28 abr 2020 . Actualizado a las 09:13 h.

En el asfalto de una calle de Upata, al sur de Venezuela, alguien escribió con una piedra «murió por hambre, Polipiar», justo al lado del charco de sangre que dejó Charlis Núñez (29) al recibir un tiro en la cabeza. Polipiar es la policía del municipio cuya capital es Upata, y Charlis, un hombre que salió, supuestamente a saquear el pasado jueves. En esa ciudad del estado de Bolívar hubo otros dos heridos de bala, y al menos diez detenidos. En la isla Margarita, hubo el domingo 30 detenidos por participar en el saqueo de un hotel cerrado desde el 2018. Los saqueos y las protestas están proliferando por doquier en medio de la cuarentena impuesta por el coronavirus. La mayoría son por hambre.

La crisis de Venezuela, que ya no produce gasolina y se está quedando sin alimentos, ha llevado al régimen de Nicolás Maduro a fijar los precios de 27 productos, especialmente los de Empresas Polar, la compañía alimenticia privada más grande del país. Ha tomado temporalmente el control, además, de otras dos empresas: Coposa (grasas) y Plumrose (embutidos).

Hasta el 2017, la política de controles indiscriminados sobre la economía llevó a la virtual desaparición del comercio. El régimen de Maduro, sigilosamente, fue eliminando los controles desde hace tres años, y las imágenes de estanterías vacías fueron desapareciendo del imaginario colectivo de los venezolanos.

Ahora, temen un rebrote de desabastecimiento y el regreso de la figura del bachaqueo: la venta por estraperlo a precios fuera de los regulados. Sin embargo, hay varias diferencias importantes. El régimen, a través de Tareck el Aissami, ministro de Producción, hizo hincapié en que los controles han sido «acordados» con las empresas a los que se les aplicaron. 

Los precios han sido fijados en dólares (al cambio oficial), a pesar de que la moneda de curso legal es un bolívar pulverizado por la hiperinflación, que luego de 42 días de cuarentena ha subido 130 % con respecto a la moneda estadounidense. Hay un precio del dólar también controlado, pero tiende a crecer menos rápido que el del mercado negro.

Portavoces de Polar, bajo condición de anonimato, declararon a La Voz que después de las medidas de control del viernes, les intervinieron una planta de harina de maíz, y que no han permitido despachar mercancías. Ni antes ni después han tenido contactos con altos cargos, desmintiendo así a El Aissami. Los inventarios se están acumulando y es posible que tengan que detener su producción.

En un comunicado, Lorenzo Mendoza, presidente de Polar, calificó de «irresponsable» la intervención de su planta productora de harina de maíz, y agregó que de no retirar los nuevos controles «lo que viene es hambre (…) con resentimientos políticos, sociales y económicos no podemos enfrentar la crisis en estos momentos».

Expertos como Susana Raffalli, investigadora sobre nutrición, han señalado que la FAO establece, justamente, para evitar desabastecimiento durante la pandemia, que se le retiren la mayor cantidad posible de controles a las empresas alimentarias. «Sería crítico fallar en este momento», afirmó, respecto a las medidas.

Por otra parte, el ministro de Trabajo,Eduardo Piñate, informó del aumento del sueldo mínimo, que quedó fijado en 800.000 bolívares y que entrará en vigencia desde el 1 de mayo.