Un refugiado sirio se quema a lo bonzo al quedarse en paro en el Líbano

La Voz

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La pandemia del coronavirus agudiza la grave crisis económica que sufre el país

06 abr 2020 . Actualizado a las 18:06 h.

El refugiado sirio Basam al Hallak ha muerto tras prenderse fuego a lo bonzo en el este del Líbano para protestar por la falta de empleo debido a la crisis económica provocada por el coronavirus y las restrictivas medidas impuestas para frenar su contagio, informa Europa Press.

El incidente ha ocurrido en el valle de la Bekaa, en el este del país, principal zona agrícola del Líbano, cuando Hallak se roció de combustible y se prendió fuego.

Fue trasladado a un hospital donde ha fallecido después de siete horas de agonía, según recoge la agencia de noticias estatal libanesa, NNA. El vídeo con su inmolación se ha difundido ampliamente en redes sociales.

La Asociación Más Allá, dedicada a asistir a refugiados sirios, ha denunciado que el hombre no podría cubrir los gastos de su familia ante la falta de empleo y la difícil situación que atraviesa el país incluso desde antes de la llegada de la nueva enfermedad.

«Los refugiados sirios afrontan momentos difíciles, en especial quienes trabajan en empresas u otros empleos como jornaleros y no tienen permiso para ello de las autoridades libanesas», ha explicado la directora de la Asociación Más Allá, Maria Assi. Los refugiados sirios trabajan principalmente en explotaciones agrarias y siguen haciéndolo pese al coronavirus, ha destacado Assi.

Dispersan una protesta

Este mismo lunes, el Ejército libanés ha dispersado una manifestación en la ciudad libanesa de Trípoli en la que los asistentes han coreado consignas contra la corrupción y el Gobierno, al que han exigido ayudas urgentes ante las dificultades económicas y las penosas condiciones de vida, según informa la agencia de noticias NNA.

El Líbano acoge a casi un millón de refugiados sirios que huyeron de la guerra en su país, aunque se trata solo de la cifra oficial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La cifra real sería aún mayor.