El capitán del portaviones Roosevelt: «No estamos en guerra, mis hombres no tienen por qué morir»

Mercedes Gallego NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

El portaviones nuclear Theodore Roosevelt ha participado en las operaciones militares más importantes de los últimos años
El portaviones nuclear Theodore Roosevelt ha participado en las operaciones militares más importantes de los últimos años Efe

El Pentágono comienza a evacuar a los casi 5.000 marinos atrapados por el coronavirus tras la drámatica carta del capitan suplicando ayuda:

03 abr 2020 . Actualizado a las 13:47 h.

Hay guerras en las que no dan medallas. Las que no se llevarán los casi 5.000 marinos atrapados en el portaviones nuclear Theodore Roosevelt que han caído rehenes del enemigo. Su capitán, Brett Crozier, que tiene el buque atracado en el puerto de Guam, isla estadounidense en el Pacífico, desde que detectó el primer caso de coronavirus hace una semana, ha escrito una dramática carta de cuatro páginas suplicando ayuda a sus superiores porque carece de espacio para poner a los enfermos en cuarentena. «No estamos en guerra, mis hombres no tienen por qué morir», explicó. «Si no actuamos ya estaremos fallando en cuidar de los activos en los que más confiamos, nuestros marinos».

La ayuda ya ha llegado. El jefe de Operaciones Navales, almirante Michael Gilday, anunció que el miércoles fueron evacuados los primeros mill militares del portaviones, informa Efe. «Hemos sacado a 1.000 y va a aumentar a 2.700 el viernes, y estamos haciendo test de forma extensiva», dijo Gilday en una rueda de prensa en la Casa Blanca del grupo de trabajo para el coronavirus, en la que participó el presidente Donald Trump y el secretario de Defensa, Mark Esper, entre otros.

Fuentes del Pentágono dijeron a Reuters que el cálculo es que los contagios, un centenar, se extiendan a todos los hombres que quedan a bordo, ya que el 21 % de los no infectados que desplazaron a otra parte del portaviones contrajeron la enfermedad. Podría ser un caso de falsos negativos en las pruebas de diagnóstico, que al ser de nuevo cuño todavía no son tan fiables como deberían, pero el capitán cree que el verdadero problema es la incapacidad física para guardar la distancia de seguridad requerida por las autoridades sanitarias para esta epidemia. «A excepción de unas cuantas salas para oficiales, ninguno de los camarotes a bordo es apropiado para imponer una cuarentena o aislamiento», explicaba el capitán. Miles entran en «contacto cercano en cuanto empezamos a mover personal».

Sin instalaciones

Con 165.000 habitantes, la isla de Guam no tiene instalaciones para alojar a miles de hombres, pero en respuesta a la súplica del capitán, publicada en el diario San Francisco Chronicle, el Pentágono va a alquilar todos los hoteles disponibles para poner a estos hombres en cuarentena. El resto se quedará a bordo lidiando con el enemigo mientras espera su turno de aislamiento. El plan podría resolver todo el problema en dos turnos de dos semanas cada uno, por lo que el Roosevelt tardaría un mes en volver a estar disponible para surcar los mares.

«La carta funcionó», dijo triunfante el capitán, nativo de Santa Rosa (California), al rotativo californiano más importante de esa parte del estado que le ha hecho de cómplice en esta guerra.