Fallece Manolis Glezos, símbolo de la resistencia griega a los nazis

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Tsipras saluda a Glezos, en enero del 2018 con Manolis Glezos
Tsipras saluda a Glezos, en enero del 2018 con Manolis Glezos Alkis Konstantinidis | Reuters

Tenía apenas 19 años cuando subió a la colina de la Acrópolis de Atenas para arriar la bandera del Ejército invasor

30 mar 2020 . Actualizado a las 20:39 h.

Manolis Glezos, el hombre que tan solo un mes tras la entrada de los nazis en Atenas retiró la bandera de las fuerzas de ocupación de la Acrópolis y se convirtió en símbolo de la resistencia, murió este lunes a los 98 años de insuficiencia cardíaca, informa Efe. No dejó de luchar, de una manera u otra, ni un sólo día. Jamás se calló una opinión, aunque por ello pusiera en aprietos a las autoridades o incluso a los partidos en los que militó. 

Tenía apenas 19 años cuando, junto a Apóstolos Santas, subió a la colina de la Acrópolis de Atenas para arriar la bandera nazi que las fuerzas de ocupación alemanas habían izado un mes antes. Fue el primer acto de resistencia contra la ocupación fascista y, para Glezos, el inicio de una vida políticamente activa en diversas formaciones izquierdistas, que le costó dos condenas a muerte y más de 16 años en la cárcel y el exilio.

Nacido el 9 de septiembre de 1922 en la isla de Naxos (Cícladas), se instaló con su familia en 1935 en Atenas, donde terminó la educación secundaria mientras trabajaba en una farmacia.

Militante del Frente Nacional de Liberación (EAM) y afín al Partido Comunista (KKE), durante la ocupación nazi fue detenido y torturado tres veces. Tras finalizar la guerra comenzó a trabajar como periodista en el periódico del partido comunista Rizospastis, una carrera rápidamente interrumpida por el estallido de la guerra civil griega (1946-1949) y el cierre del rotativo por las autoridades.

Nuevamente detenido en 1948 por su afiliación al KKE, fue condenado a muerte por dos tribunales militares. La movilización internacional obligó el Gobierno a cambiar su pena por cadena perpetua en 1950. Entre otros, se pronunciaron a su favor el general Charles de Gaulle, que le había calificado de «primer partisano europeo», y el pintor Pablo Picasso. Glezos fue puesto en libertad cuatro años después.

Tras su liberación, entró en la ejecutiva de Izquierda Unida Democrática (EDA), una formación política afín al KKE, y dirigió el periódico del partido, Avgi.

En 1958 fue detenido de nuevo. En esta ocasión, acusado de espionaje para la Unión Soviética. Fue condenado a cinco años de cárcel, cuatro de exilio y la pérdida de sus derechos civiles durante ocho años. Su detención desencadenó nuevamente una movilización internacional a su favor, en este caso encabezada por los franceses Albert Camus y Jean-Paul Sartre, gracias a la cual fue puesto en libertad en 1962.

La noche del golpe de Estado de los Coroneles fue detenido y enviado hasta 1971 a las islas de Yaros y Leros, dos de las muchas convertidas en prisiones durante la dictadura.

Tras caer la dictadura y durante casi una década, Glezos regentó una librería en el centro de Atenas, que convirtió en lugar de encuentro de intelectuales de izquierdas. En 1986, fue elegido alcalde de su pueblo natal, Aspirathos, donde instauró un sistema de gobierno asambleario y consiguió regenerar la agricultura local.

Fue elegido diputado varias veces. Antes de la dictadura, con EDA, en los años ochenta con el partido socialista Pasok y más recientemente con el izquierdista Syriza, por el que fue diputado en el 2012 y eurodiputado en el 2014.

Tras el estallido de la crisis económica del 2009 y la imposición de los programas de rescate por parte de los acreedores del país, Glezos, a pesar de su edad, se colocó en primera línea en las protestas. En más de una ocasión acabó trasladado al hospital por problemas respiratorios causados por los gases lacrimógenos con los que la policía antidisturbios reprimía las protestas.

Cuando en julio dle 2015 Syriza capituló y firmó el tercer programa de rescate, Glezos criticó con dureza al partido liderado por Alexis Tsipras y rompió con la formación.

En sus últimos años, continuó su lucha infatigable y lideró varias iniciativas para exigir a Alemania restauraciones por la ocupación de Grecia durante el Tercer Reich.

«En mi último libro hay una lista de 6.500 nombres. Son de militantes que conocí y que perecieron en combate, manifestaciones o ejecutados. Uno de ellos es mi hermano. Era tres años menor que yo y fue fusilado por los nazis. Son estos compañeros los que me dan fuerza para seguir luchando», contó a Efe en el 2014.

Glezos fue también un prolífico escritor, con una veintena de obras a sus espaldas: varias colecciones de poemas, ensayos principalmente relacionados con la ocupación nazi y la resistencia, y estudios sobre los dialectos de las islas Cícladas. 

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