Ejecutan en la horca a los cuatro condenados por una violación brutal que movilizó a la India

David Asta Alares NUEVA DELI / EFE

INTERNACIONAL

Asha Devi, la madre de la joven fallecida, abandonó el lugar de la ejecución haciendo el signo de la victoria
Asha Devi, la madre de la joven fallecida, abandonó el lugar de la ejecución haciendo el signo de la victoria Dinesh Josh | Europa Press

«Hemos obtenido justicia», dice la madre de la estudiante de 23 años brutalmente violada y torturada en un autobús en marcha por seis hombres en el 2012

21 mar 2020 . Actualizado a las 08:51 h.

La ejecución este viernes de cuatro de los violadores del caso que conmocionó a la India en el 2012 pone fin a un proceso judicial, legislativo y social que cambió el código penal y la tolerancia en el país hacia la violencia de género. Después de tres aplazamientos, la primera ejecución en la India en un lustro cierra uno de los casos más mediáticos del país.

Pawan Gupta, Vinay Sharma, Mukesh Singh y Akshay Thakur fueron ejecutados en la cárcel de Tihar mientras un grupo de manifestantes estallaba en cánticos en el exterior, bajo la atenta mirada de la Policía y un amplio despliegue mediático. Asha Devi, la madre de la estudiante de fisioterapia de 23 años bautizada mediáticamente como Nirbhaya (sin miedo, en hindi), que al fin pudo mostrar su alivio tras siete años de proceso judicial y continuas manifestaciones para endurecer el código penal contra las violaciones.

«Por fin los han ahorcado, ha sido una larga lucha. Hoy hemos obtenido justicia, este día lo dedicamos a todas las hijas del país. Gracias a los jueces y al Gobierno», dijo Devi a los medios de comunicación, apenas minutos después de la ejecución. La madre pronunciaba esas palabras con los cadáveres de los cuatro hombres todavía suspendidos en el cadalso, ya que la ley India requiere que permanezcan treinta minutos colgados antes de que un médico certifique la muerte.

Todo comenzó el 16 de diciembre del 2012 en Nueva Deli, cuando seis hombres violaron y torturaron en un autobús en marcha a la joven, que había subido al vehículo con un amigo tras ver una película en un cine del sur de la capital. La joven fallecería 13 días después en un hospital de Singapur.

La India recibió con celebraciones el ahorcamiento antes del amanecer de los cuatro condenados por la violación de una joven que desató en el 2012 una ola de indignación por su brutalidad, con protestas multitudinarias que duraron meses. Pero a pesar de las muestras de júbilo y la alegría de los padres de la víctima por la ejecución, organizaciones pro derechos humanos han recordado que la pena de muerte no acabará con las violaciones.

Cuatro de los acusados, ejecutados hoy, fueron sentenciados a muerte en el 2013; un quinto se suicidó ese mismo año en la cárcel, según la versión oficial, y el sexto, que era menor de edad, fue liberado después de permanecer tres años en un reformatorio.

Desde hace meses se había vuelto habitual ver a la madre de la víctima en los juzgados, con su marido en un segundo plano, reclamando la ejecución, al tiempo que mostraba su rabia por los continuos aplazamientos, hasta tres, desde el pasado enero. «Sabía desde el principio que muchas mujeres no obtienen justicia. Hay muchos casos pendientes y los retrasos eran de esperar, pero debido a las negligencias en el sistema se ha demorado excesivamente», sentenció la abogada de la familia de la víctima, Seema Kushwaha, en compañía de Devi. La madre, al abandonar el lugar, se despidió con la mano en alto haciendo el símbolo de la victoria.

El primer ministro indio, Narendra Modi, también mostró su satisfacción. «La justicia ha ganado. Es de suma importancia garantizar la dignidad y la seguridad de las mujeres», reaccionó Modi en Twitter.