Acepta acoger a «una parte razonable y limitada» en el marco de una «coalición humanitaria» europea
10 mar 2020 . Actualizado a las 08:42 h.«Es una vergüenza que hayamos tardado tanto en ponernos de acuerdo sobre el tema de los niños». Así se expresaba ayer la colíder del SPD, Saskia Esken, acerca de las negociaciones entre los tres socios de la gran coalición alemana con el fin de tender la mano a Grecia en la crisis migratoria. Unas negociaciones que comenzaron el domingo y no concluyeron hasta la madrugada del lunes, lo que refleja el recelo que despierta la llegada de nuevos refugiados en el país que ha acogido a más de un millón de demandantes de asilo desde el 2015 y que vive un auge sin precedentes de la ultraderecha.
Tras haber rechazado hace unos días una petición de Los Verdes para abrir la puerta a 5.000 niños migrantes bajo el estatus de protección subsidiaria, finalmente el bloque conservador de la CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD llegaron a un acuerdo para permitirlo en el caso de aquellos que se están en los sobresaturados campos de refugiados griegos. Alemania estaría dispuesta a recibir «a una parte razonable y limitada» en el marco de una «coalición humanitaria de voluntarios europeos», reza el texto del convenio, con el que la primera potencia busca presionar a sus vecinos de la UE para que sigan sus pasos.
La decisión contempla «apoyar a Grecia» ante el nuevo desafío que ha supuesto la apertura de la frontera por parte del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y menciona la cifra total de entre 1.000 y 1.500 niños. Se trataría de menores de 14 años que no estén acompañados o que necesiten atención médica urgente debido a alguna enfermedad, preferentemente niñas. La jefa de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, se refirió al pacto como una «buena combinación de orden y humanidad», y se aventuró a decir que algunos países europeos, como Francia, ya han mostrado su disposición a ayudar.
«Grecia cuenta con toda nuestra solidaridad», afirmó el ministro del Interior, Horst Seehofer, de la CSU, el partido hermanado con la CDU de Angela Merkel que insiste, sin embargo, en que la avalancha de migrantes que llegaron a Alemania en el 2015 después de que la canciller abriera la frontera no puede repetirse. Mientras tanto se agrava la disputa con el tercer socio de Gobierno, el SPD, que desde hace más de una semana exige una solución para los menores varados en las islas griegas. Hasta 140 municipios y ciudades alemanes se ofrecieron a participar activamente en la acogida.