Al menos 256 escaños, de los 290 que componen la cámara, estarán en manos de los ultraconservadores. Uno de los giros más espectaculares se produjo en Teherán, donde los 30 asientos asignados a la capital pasarán a ser de diputados de esta corriente, mientras que en la última legislatura fueron de políticos moderados o reformistas. La purga masiva del Consejo de Guardianes, que vetó a 9.000 candidatos moderados o reformistas, abrió la puerta para el cambio de control en el parlamento y la fuerte abstención completó el giro hacia una corriente que devuelve al parlamento a la era de Mahmoud Ahmadineyad.
Estos resultados suponen un revés para la política aperturista por la que apostó desde su llegada al poder el presidente Hasán Rohani, a quien le tocará convivir en los últimos meses de su mandato con una cámara en manos de su oposición política dentro del régimen.