El Gobierno alemán reconoce un grave riesgo de atentados ultras

juan carlos barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

ARMANDO BABANI | EFE

Reforzará la seguridad en zonas «sensibles» como las mezquitas

22 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras el atentado xenófobo de Hanau que dejó 11 muertos, entre ellos el asesino y su madre, el ministro alemán de Interior, el bávaro Horst Seehofer, anunció ayer un incremento apreciable de las medidas de seguridad en lugares «sensibles», sobre todo en las numerosas mezquitas que existen en Alemania.

Seehofer informó de que mantendrá encuentros con representantes de las comunidades musulmana y turca en este país para «debatir medidas precisas» y con el fin de atenuar el clima de inseguridad y miedo que existe entre sus miembros. La Policía Federal será dotada de más personal y medios y además incrementarán «su presencia en estaciones de ferrocarril, aeropuertos y zonas fronterizas», adelantó el titular germano de Interior.

«Los hechos en Hanau son claramente un atentado terrorista de motivación racista», dijo en rueda de prensa Seehofer, quien recordó que tras el asesinato en junio del alto funcionario regional Walter Lübcke y el ataque contra la sinagoga de Halle con dos muertos en diciembre son ya tres las acciones terroristas de extrema derecha en el último año.

El peligro que parte del extremismo de derechas, el racismo y el antisemitismo «es muy elevado», afirmó el ministro conservador, mientras la titular de Justicia, la socialdemócrata Christine Lambrecht, anunció un endurecimiento de la legislación para atajar la amenaza neonazi en cuanto a la difusión de mensajes de odio a través de las redes o sobre la posesión de armas.

Por otro lado, el fiscal federal, Peter Frank, confirmó que Tobias Rathjen, el presunto autor de la masacre de Hanau, había contactado en noviembre con su oficina, ante la que presentó una denuncia contra una organización secreta desconocida por «manipular los cerebros de las personas» para dirigir los acontecimientos mundiales. Una afirmación similar a la del manifiesto que Rathjen publicó en su web poco antes de cometer los crímenes.

Frank subrayó que la denuncia carecía entonces de todo mensaje ultraderechista o xenófobo y que fue desestimada entonces por su oficina por considerarla obra de un enajenado. Los encargados de investigar el caso han llegado a la conclusión de que Rathjen padecía «una grave enfermedad psicótica», dijo Frank.

Entre tanto, medios de comunicación alemanes revelaron que se investiga a dos agentes de policía, sospechosos de ser activistas de extrema derecha.

Cordón sanitario en Turingia

En este clima, los cuatro grandes partidos del Parlamento regional de Turingia se comprometieron ayer a mantener el cordón sanitario a los radicales, representados en este land por el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). La decisión se alcanzó tras las complejas negociaciones que rodearon la elección de un jefe del Ejecutivo liberal con el apoyo de conservadores y ultraderechistas. A la elección siguió una grave crisis que dejó sin gobierno al estado federado y provocó dimisiones en las filas conservadoras y en las liberales.