Maduro ordena «reestructurar» PDVSA ante el riesgo de colapso por las sanciones

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EFE

Amenazado de no poder exportar hidrocarburos ni recibir gasolina, el mandatario venezolano decreta la «emergencia» en su petrolera estatal

21 feb 2020 . Actualizado a las 09:08 h.

La respuesta del Gobierno venezolano a las sanciones de EE.UU. a la rusa Rosneft (que dejan a la estatal PDVSA sin intermediarios para sus hidrocarburos) vino en forma de «declaración de emergencia» de la petrolera venezolana, y el establecimiento de una comisión reestructuradora de la empresa, según anunció Nicolás Maduro en una transmisión televisiva rodeado de sus ministros y el alto mando militar.

La comisión estará dirigida por Tareck El Aissami, otro sancionado por EE.UU., y estará integrada por el presidente de PDVSA, el general Manuel Quevedo, y varios ministros. El temor de Maduro es fundamentalmente que el ya precario abastecimiento de gasolina del país alcance un punto crítico con la sanción a Rosneft: «Declaro la emergencia energética de la industria de hidrocarburos a los fines de adoptar las medidas urgentes y necesarias para garantizar la seguridad energética nacional y proteger a la industria de la agresión imperialista», señaló. La petrolera rusa también se encarga de colocar las escasas exportaciones de hidrocarburos de PDVSA.

Aunque el mercado interno de combustibles se ha reducido a un tercio en una década (168.000 barriles diarios de gasolina), la capacidad de refinación del país, de más de 760.000 barriles diarios, está reducida a menos del 10 %, lo que hace que PDVSA requiera de las importaciones de combustible que le otorga Rosneft.

El suministro constante de combustible solo está garantizado en Caracas, y en las regiones más lejanas, los ciudadanos pasan hasta cuatro días haciendo cola para poder surtir un tanque de gasolina. En esas zonas se ha institucionalizado el estraperlo de gasolina, con cobros de hasta 50 dólares por un tanque que en la práctica es gratuito, pues en Venezuela la gasolina no cuesta nada. «No quiero más excusas, o producimos o producimos», dijo Maduro.

El mandatario, además, tuvo tiempo para insultar a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, quien apoya las sanciones contra Rosneft: «Juan Guaidó, esa rata de cañería, vendepatria. Los trabajadores de PDVSA tienen que identificarlo y gritarle, ‘traidor, vendepatria’», increpó Maduro con todas las televisiones y radios del país conectadas con el acto.

Hubo reacciones inmediatas de políticos y economistas, e incluso de un antiguo aliado: Rafael Ramírez, quien durante 14 años fue ministro de Petróleo y presidente de PDVSA con Hugo Chávez. Luego cayó en desgracia con Maduro y hoy está en el exilio. «Asume tu responsabilidad, tú jodiste a PDVSA», le dijo en sus redes sociales.

Es la tercera vez en cuatro años que Maduro decreta reestructuraciones en la industria petrolera. La última fue en el 2017, cuando designó a Quevedo como presidente de PDVSA. Bajo la dirección de Quevedo, la producción de la petrolera estatal ha caído a menos de la mitad en dos años y medio, apenas 700.000 barriles diarios; esto es una quinta parte de la producción de la PDVSA que Hugo Chávez recibió hace dos décadas.