Londres advierte a Bruselas que no aceptará ningún tratado que lo obligue a cumplir sus normas

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Jason Alden | EFE

Johnson admitió que desea lograr con la UE un acuerdo similar que el bloque firmó con Canadá

07 feb 2020 . Actualizado a las 15:38 h.

Tres días después de la materialización del brexit y pasada la resaca, o el duelo, según el bando, el primer ministro Boris Johnson ha anunciado este lunes sus objetivos, y sobre todo las líneas rojas, de su Gobierno durante las venideras negociaciones con la Unión Europea (UE) para definir su la relación futura con sus otrora socios. 

El premier ha mostrado los dientes y ha asegurado que no aceptará ningún pacto que obligue al Reino Unido a seguir las normas comunitarias ni mucho menos a someterse a sus tribunales. 

«Se nos ha dicho durante mucho tiempo que debemos escoger entre un acceso completo al mercado interior de la UE a cambio de aceptar sus normas o sus tribunales -lo que se ha llamado el modelo noruego- o un acuerdo comercial que abra mercados y evite toda la panoplia reglamentaria de la UE como el acuerdo existente con Canadá. Ya hemos tomado la decisión: queremos un acuerdo global como el de Canadá. Y en el improbable caso de que no lo logremos, el acuerdo se basará en el Acuerdo de Retirada que ya hemos firmado con Bruselas», afirmó Johnson desde el Hospital del antiguo Colegio Naval de Greenwich, a donde convocó a empresarios, políticos y embajadores de la UE para escuchar su discurso. 

La tarea parece titánica, por no decir casi  imposible. El acuerdo entre Canadá y los entonces 28 demoró siete años en negociarse, mientras que Londres y Bruselas ahora tienen once meses para conseguir un pacto que evite un brexit duro y la imposición de aranceles y controles aduaneros y fronterizos tras la expiación del período transitorio. 

“No hay necesidad de un acuerdo comercial que suponga la aceptación de las reglas de la UE sobre competitividad, subsidios, protección social, medio ambiente o cualquier cosa similar. De la misma manera, la UE tampoco puede verse obligada a aceptar las reglas del Reino Unido”, agregó, al tiempo que dejó en claro que tampoco estaría insatisfecho con un obtener un trato similar al que hoy tiene Australia

Australia aún no tiene un tratado de libre comercio con la UE, sino simples acuerdos sectoriales, dejando que todo lo demás quede bajo el amparo de la Organización Mundial de Comercio (OMC). 

El discurso de Johnson cayó como una bomba en los mercados  financieros. Así la libra esterlina perdió un 1,30 % de su valoe frente al dólar estadounidense y un 0,9% ante el euro. 

A pescar, pero con condiciones

Durante su discurso y posterior conferencia de prensa Johnson abordó el espinoso tema de la pesca y en este asunto se mostró más flexible. «Estamos dispuestos a considerar un acuerdo sobre la pesca, pero el mismo debe  reflejar el hecho de que el Reino Unido será un Estado costero independiente a finales de este año, controlando nuestras propias aguas. Y en virtud de dicho acuerdo, habrá negociaciones anuales con la UE, utilizando los últimos datos científicos, garantizando que los caladeros británicos sean ante todo para los barcos británicos», puntualizó. 

Para la UE este es un tema crucial y el mismo puede condicionar por ejemplo los eventuales permisos para que los bancos y empresas financieras británicas sigan operando en los 27 como hasta ahora. 

Revuelta de la prensa británica contra Downing Street

El Gobierno veta a medios críticos con el «brexit» a la conferencia de prensa sobre las negociacones con la UE

Juan F. Alonso

Downing Street vivió este lunes una inusual revuelta. Los periodistas que cubren las actividades del primer ministro Boris Johnson decidieron salir a la calle a protestar contra el veto impuesto asesores del líder tory a reporteros de The Mirror , HuffPost, PoliticsHome, The Independent y otros medios.

Los asesores de Johnson tenían previsto dar una conferencia de prensa sobre las negociaciones con la UE, pero su decisión de no incluir en la misma a representantes de medios críticos con la gestión del brexit provocó una reacción del resto de los periodistas, ninguno de los cuales participó en la misma, según The Guardian.