Los palestinos se quedan solos frente al plan de Trump para Oriente Medio

mikel ayestaran JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

Un niño sostiene una bandera palestina durante una protesta en Gaza contra el plan de Trump
Un niño sostiene una bandera palestina durante una protesta en Gaza contra el plan de Trump MOHAMMED SABER | EFE

Solo países como Líbano, Turquía o Irán muestran su rechazo frontal al proyecto

29 ene 2020 . Actualizado a las 21:34 h.

La tibieza generalizada de la comunidad internacional en las respuestas al «plan del siglo» presentado el martes por el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, se contagió a los territorios palestinos, donde este miércoles apenas se registraron incidentes.

Pese a que el texto supone un desafío al marco vigente planteado por los Acuerdos de Oslo, solo países como Turquía, Catar, Líbano o Irán mostraron un rechazo frontal ante un plan que da luz verde a la anexión de todos los asentamientos de Cisjordania y del valle del Jordán, ilegales desde el punto de vista de la legislación internacional, y convierte el futuro Estado palestino en una especie de pequeñas islas comunicadas con puentes y túneles, con capital en los suburbios de Jerusalén que Israel dejó al otro lado del muro de separación. La Liga Árabe, dividida por la proximidad de Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos a Donald Trump, se sumó a las voces dispuestas a «estudiar» la propuesta.

«Hay una fatiga general y, además, este plan no supone una sorpresa porque en los últimos meses ya se habían filtrado algunas partes a la prensa, por eso no creo que estemos a las puertas de una oleada de violencia o una Intifada», reflexiona Mahmoud Muna, responsable de la Educational Bookshop, librería de referencia de Jerusalén Este en cuyas estanterías se condensa la historia del conflicto. «Aunque el texto no cumple ni con el mínimo de las aspiraciones palestinas, la Autoridad Nacional debería considerar la opción de discutirlo punto a punto en los próximos cuatro años porque ahora mismo EE.UU. es la única potencia con influencia», agrega.

La mesura de la diplomacia internacional contrastó con la declaración de los representantes de la Iglesia católica en Tierra Santa, que se unieron para advertir que el plan «no traerá una solución, sino que creará más tensiones y probablemente más violencia y derramamiento de sangre», y denunciar que no ofrece «dignidad ni derechos a los palestinos». La minoría cristiana sufre como el resto de los palestinos los efectos de la ocupación.

Trump pretende zanjar de un plumazo dos de los grandes puntos del conflicto, que estaban pendientes de un acuerdo entre las dos partes. Jerusalén se convierte en capital única e indivisible del Estado hebreo y elimina «el derecho al retorno o absorción de refugiados palestinos por el Estado de Israel», tal y como reconoce la ONU.

Proceso de anexión

La indignación e impotencia a un lado del muro se convirtió en alegría al otro, pero el proceso de anexión, que Netanyahu quería comenzar este mismo fin de semana, parece que deberá esperar unos días más debido a que «es necesario preparar varios documentos», reveló Yariv Levin, ministro de Turismo. Lo que parece claro es que el asunto se pondrá en marcha antes de las elecciones del próximo 2 de marzo, las terceras en el último año y en las que Netanyahu intentará sacar el máximo rédito político del «acuerdo del siglo».

Este «logro histórico», según las palabras del primer ministro en funciones en la Casa Blanca, tendrá la complicada misión de eclipsar su procesamiento por casos de corrupción, que ya está en marcha de manera oficial tras su decisión de retirar la petición de inmunidad al Parlamento.