Hidalgo y Dati, dos hijas de inmigrantes en duelo por París

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Anne Hidalgo y Rachida Dati
Anne Hidalgo y Rachida Dati YOAN VALAT | Efe

Las dos políticas, una socialista y otra conservadora, se disputan la Alcaldía en las elecciones municipales de marzo

27 ene 2020 . Actualizado a las 08:54 h.

Dentro de tres meses, París tendrá nuevo alcalde… o más bien alcaldesa. Los franceses tienen que elegir el 15 y 22 de marzo la persona que regirá la capital de Francia durante los próximos seis años. Hay una decena de candidatos, pero son dos mujeres quienes van a protagonizar la batalla por París: Anne Hidalgo y Rachida Dati. «Son claramente cómplices», asegura uno de sus rivales, Benjamin Griveaux, candidato de La República en Marcha (LREM), convencido de que existe una especie de pacto secreto entre las dos mujeres para «preservar su statu quo» y provocar el renacimiento, aunque sea efímero, del tradicional enfrentamiento derecha-izquierda, que ha quedado diluido en la política francesa con la llegada al poder de Emmanuel Macron

Pero más que una alianza política, lo que parece unir a Hidalgo y Dati es el reconocerse una en la otra. Las dos proceden de familias modestas, ambas son hijas de inmigrantes, y agradecen a la República francesa el haber hecho posible que hoy sean dos pesos pesados de la política en su país de acogida.

Anne Hidalgo nació en Cádiz hace 60 años, y ha crecido en una barriada popular de Lyon, donde sus padres, españoles, llegaron en 1962. Rachida Dati se ha criado en Chalon-sur-Saône, donde se instalaron sus padres, él de origen marroquí y ella argelino. Hidalgo realizó estudios de Derecho, mientras que Dati optó por licenciarse en Economía.

En el plano político, la alcaldesa de París tiene su carné del Partido Socialista desde 1994, y antes de acceder al puesto de teniente alcalde de París en el 2001, formó parte de diversos gabinetes ministeriales entre 1997 y el 2002. Ha dado sus grandes pasos en el ámbito político a la sombra de Bertrand Delanoë, su antecesor en la alcaldía de París, que hoy no quiere saber nada de ella porque se siente ninguneado, mientras que Hidalgo, según la prensa gala, no perdona a Delanoë que este apoyara la candidatura de Emmanuel Macron a las presidenciales del 2017 porque ella apostaba por una victoria del conservador François Fillon para aparecer cinco años más tarde como la mejor candidata de la izquierda para la presidencia de la República en el 2022. 

De la mano de Sarkozy

Rachida Dati llegó a la política de la mano de Nicolas Sarkozy en el 2002, cuando este era ministro del Interior. Pero no se sacó el carné del partido, entonces UMP, hasta el 2006. De portavoz de Sarkozy como candidato a la presidencia, Dati pasó a ocupar el cargo de ministra de Justicia, y cuando los socialistas llegaron al poder ella encontró hueco como eurodiputada y alcaldesa del séptimo distrito de París, uno de los más elegantes y caros de la capital, donde la hija de inmigrantes ha sabido imponerse a sus rivales y atraer a sus gobernados.

Tanto Rachida Dati como Anne Hidalgo tienen un fuerte carácter, y si la socialista ha tenido que luchar para desmarcarse de la impronta de su mentor, Dati no ha dudado en enfrentarse abiertamente con los que dentro de su partido intentan disputarle un puesto, como Fillon -el «bien peinado» al que «le falta valentía»- o Nathalie Kosciusko-Morizet -«una persona curiosa, que va de fracaso en fracaso, de traición en traición»-.

Sin embargo, a la hora de hacer balance de la gestión de la alcaldía de París, Dati prefiere hablar de «la izquierda», «los equipos gestores» o «la alcaldesa saliente». Raramente aparece en su boca el nombre de Anne Hidalgo cuando la critica por la «visión cortoplacista» de estos últimos seis años, «la explosión de la deuda» o los intentos de «convertir París en una ciudad museo».

En este duelo de mujeres, quien tiene todas las de ganar es Anne Hidalgo. A pesar de que, según los sondeos, la alcaldesa de París ha perdido casi 10 puntos de intención de voto en relación con la primera vuelta de las municipales del 2014 (34,4 % de votos entonces, y 25 % de intención de voto en los últimos sondeos), sigue yendo en cabeza seguida a distancia por Dati (19 % de intención de voto). Y sobre todo, Hidalgo tiene un amplio abanico de posibles alianzas con verdes, comunistas o macronistas, mientras que Dati no cesa de crearse enemigos incluso dentro de su partido a los que reprocha «pasar la vida traicionando para salvar su puesto».

Dos macronistas con la derrota asegurada 

Aunque son mayoría los parisinos que no desean que Anne Hidalgo renueve su mandato como alcaldesa porque muchos la consideran sectaria y mala gestora, la decena de hombres y mujeres que se presentan para sucederle, más allá de Rachida Dati, tienen pocas posibilidades de imponerse. Ahí está Benjamin Griveaux, investido como candidato por La República en Marcha (LREM), que partía como favorito, pero que se ha visto relegado al tercer puesto en los sondeos (15 %) a causa de la candidatura disidente de Cédric Villani (13 %), diputado de LREM. Si los dos se mantienen, la derrota de Griveaux parece asegurada, lo que significaría un desaire para Emmanuel Macron, que busca algo de oxígeno en las elecciones municipales.

Y es lo que parece dibujarse tras la respuesta positiva de Villani al representante ecologista, David Belliard (14 %) que le ha propuesto una coalición.

Les siguen en orden de intención de voto la candidata de la Francia Insumisa, Danielle Simonnet (6 %) y Serge Dederbusch (5 %), que se presenta como derecha liberal y cuenta con el apoyo de la Agrupación Nacional, el partido de Le Pen. Ninguno de los dos obtendrían el 10 % necesario para poder presentarse en la segunda vuelta.