EE.UU. cambia de estrategia y exige un gobierno de transición elecciones en Venezuela

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Kay Nietfeld / dpa | Europa Press

El nuevo vicepresidente del Parlamento ha descartado la propuesta

10 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Estados Unidos ha dado un giro de 180 grados en su política en relación con el régimen de Nicolás Maduro. A través de un comunicado de prensa de su secretario de Estado, Mike Pompeo, apela a la comunidad internacional para que apoye la realización de unas elecciones presidenciales y parlamentarias a finales de este año y, además de excluir cualquier vía de fuerza como opción, omite poner entre las exigencias para estos comicios que Maduro no pueda ser candidato, como venía sosteniendo desde hace un año.

«Una transición rápida y negociada hacia la democracia es la vía más efectiva hacia la paz y la prosperidad en Venezuela. Las negociaciones podrían orientar la salida de la crisis, a través de un Gobierno de transición que organizará elecciones justas y libres», indicó Pompeo en su declaración.

La propuesta difícilmente tendrá eco en el interior del chavismo, aferrado militarmente al poder. Ningún portavoz del régimen reaccionó de inmediato al comunicado, mientras que en la oposición, el nuevo vicepresidente del Parlamento, Juan Pablo Guanipa, la descartó de inmediato en una rueda de prensa que coincidió con la declaración de Pompeo. Alegó que el momento de esta elección conjunta, propuesta el año pasado en el mecanismo de Oslo, «había pasado».

Comunidad internacional

Sin embargo, la propuesta de EE.UU. tendrá, sin duda, eco en la comunidad internacional, especialmente entre el Grupo de Lima, el Mecanismo de Montevideo y en la propia UE, que han observado de cerca la crisis venezolana y han insistido en la necesidad de una salida no militar a la situación política, reiterando siempre la inviabilidad del régimen chavista.

Aparte de la necesidad de que sea un gobierno de transición el que convoque las elecciones («ampliamente aceptado y negociado» entre el régimen y la oposición, dice el texto), la propuesta estadounidense se basa en un organismo electoral que sea aceptable por todos los actores políticos, al igual que un nuevo Tribunal Supremo de Justicia. Además, EE.UU. quiere que el proceso político se abra a los actores de todas las tendencias, que haya libertad de expresión para los comicios y observadores independientes, entre otras exigencias.