Merkel intenta agotar su cuarta legislatura

María Molinos BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Angela Merkel, en la última sesión del Bundestag
Angela Merkel, en la última sesión del Bundestag ANNEGRET HILSE | Reuters

La canciller alemana, la segunda más longeva en el cargo tras Helmut Kohl, ve cómo su era se apaga entre el agotamiento y las diferencias con sus socios de Gobierno

25 dic 2019 . Actualizado a las 21:06 h.

Angela Merkel acaba de alcanzar al patriarca conservador Konrad Adenauer en la lista de cancilleres con un mandato más largo. Ahora segunda, tan solo le supera el también icónico Helmut Kohl. Pero nunca le alcanzará. Su era, con sus innegables hitos y sombras, se apaga entre el agotamiento, la falta de ambición e ideas y las diferencias con sus socios de Gobierno. Aunque eso no significa que no acumule un gran poder o pueda aún lograr algún golpe maestro.

Son 5.145 días al frente de Alemania. Tres legislaturas y media. Merkel accedió la Cancillería el 22 de diciembre del 2005, relevando al socialdemócrata Gerhard Schröder. Desde entonces ha dirigido la primera economía europea con distintos socios y liderado la UE, en ocasiones con el contrapeso de París. Es un logro en el frenético tiempo político actual. En estos catorce años, Estados Unidos ha tenido tres presidentes, Francia cuatro, el Reino Unido ha aupado a cinco primeros ministros e Italia a seis (si solo se cuenta una vez a Berlusconi). España, mientras tanto, ha visto a tres ocupantes en La Moncloa.

El hito, que recogen los medios alemanes pero sobre el que la canciller no se ha pronunciado, tiene también que ver con su condición y orígenes. Merkel es la primera mujer en ser jefa del Ejecutivo en Alemania. Y también la primera persona nacida en la extinta RDA que ocupa ese puesto. Entró en política tras la caída del muro de Berlín en 1989 y tan solo dos años más tarde saltó al Ejecutivo de Kohl, por una combinación de factores, como ministra de Familia. Su trayectoria desde entonces es historia. 

Fuerte desgaste

Lejos aún está de la marca de Kohl, el canciller de la reunificación, que se mantuvo en el cargo 5.869 días, entre ellos los once frenéticos meses que llevaron de la caída del Muro a la reunificación. La propia Merkel ha renunciado a alcanzar ese récord.

Al presentarse a su cuarta legislatura -tras meses de dudas- anunció que no aspiraría a un quinto mandato. Nadie dudó entonces de su palabra. Y el fortísimo desgaste de los últimos dos años -en su partido, en la gran coalición y en Europa- no invita en absoluto a pensar que pueda cambiar de opinión.

Lo que el Berlín político ahora realmente debate es si Merkel llegará al final de la legislatura. O si su Gobierno caerá antes. La reciente renovación de la cúpula del Partido Socialdemócrata (SPD) y el viraje de esta formación hacia la izquierda en busca de ideas y votos hace peligrar la cohesión de la gran coalición, una alianza que desde el principio ninguna de las dos partes quiso, pero que para aislar a la ultraderecha no hubo más remedio que consumar.

La fórmula tampoco es especialmente querida entre la población. Más de dos tercios de los alemanes están poco o nada contentos con su trabajo, aunque una proporción similar apuesta porque se apure la legislatura hasta el final. Quizá por falta de alternativas. Descartado aritméticamente el tripartito de izquierdas, tan solo una alianza entre la CDU y los Verdes podría lograr una mayoría.

El bloque conservador de la canciller tampoco está libre de problemas. La retirada en diferido de Merkel ha desatado las ambiciones personales en una formación aletargada tras años de liderazgo incontestable. La delfín (pese a que ahora se han distanciado), Annegret Kramp-Karrenbauer, se hizo hace un año con la presidencia de la CDU, el primer paso para ser candidata en las próximas generales. Pero su contestada elección no zanjó el debate. Sus continuos tropiezos en las encuestas y los medios no la han consolidado. Otras figuras del partido aspiran a arrebatarle la candidatura en el último momento. Incluso Markus Söder, líder de la bávara CSU, hermanada con la CDU, también está listo para saltar a escena y encabezar a los conservadores si se llama a las urnas.