Esken y Walter-Borjans, los nuevos líderes del SPD, renegocian la coalición con Merkel

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Los líderes del SPD, Norbert Walter-Borjans y Saskia Esken
Los líderes del SPD, Norbert Walter-Borjans y Saskia Esken ANNEGRET HILSE | Reuters

La cúpula de la formación ha decidido virar a la izquierda en busca de sus orígenes y del electorado perdido

21 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

De ser el primer partido político alemán en 1919, con el 37 % de los sufragios, y el segundo con el 34 % en el 2005, el SPD ha caído hoy hasta el cuarto puesto del tablero, por detrás de la CDU de Angela Merkel, Los Verdes e incluso los ultraderechistas de AfD, y apenas roza el 14 % de intención de voto. Sin duda la socialdemocracia germana está sumida en una crisis de identidad que comenzó a principios de siglo, cuando el excanciller y exlíder de la formación Gerhard Schröder diseñó la llamada Agenda 2010, con la que redujo el desempleo en el país a golpe de recortes sociales, precariedad y flexibilización del mercado laboral.

Ante el evidente desgaste como socio minoritario del Gobierno de gran coalición, la cúpula del SPD ha decidido virar a la izquierda en busca de sus orígenes y del electorado perdido. Y lo ha hecho con la reciente elección de Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans, dos desconocidos, como sus nuevos jefes. Esken, que nació en Stuttgart en 1961, encarna los valores típicos de la clase obrera. Antes de acceder a la política en el 2010 como alcaldesa de la ciudad de Calw, situada en el suroeste de Alemania, ejerció como camarera, repartidora de paquetes y secretaria, tal y como ella misma recuerda siempre que tiene ocasión.

Posteriormente cursó una formación dual en informática y trabajó como programadora, actividad que interrumpió durante un tiempo para ocuparse de sus tres hijos. En el 2009 se hizo famosa por impulsar la creación de una alianza contra la extrema derecha en Calw. En el 2013 se convirtió en diputada del Bundestag y copresidenta del SPD en el Land de Baden-Württemberg. Esken, miembro de una organización proeuropeísta así como de varias oenegés, representa al ala más izquierdista y crítica del partido.

En la misma línea se ubica Walter-Borjans, que a diferencia de ella, sí ha desempeñado antes un cargo dentro del Ejecutivo, como titular de Finanzas del estado federado de Renania del Norte-Westfalia entre el 2010 y el 2017. Durante ese periodo luchó contra la evasión fiscal mediante métodos eficaces aunque poco ortodoxos y contra la austeridad que predicaba desde Berlín el ministro Wolfgang Schäuble. El Varufakis renano, como le bautizó la prensa, nació en Krefeld en 1952 y es hijo de una modista y un carpintero. Primero estudió un año de informática, pero lo dejó por la carrera de economía, que concluyó en 1978.

El objetivo de ambos es renegociar con el bloque conservador de la CDU y la CSU algunos puntos del acuerdo de Gobierno. Lo primero, acabar con el mantra del déficit cero. En opinión de los nuevos líderes socialistas, el Estado debe aprovechar su superávit comercial y los bajos tipos de interés para diseñar un paquete de inversión pública valorado en medio billón de euros a lo largo de la próxima década. Con ello Walter-Borjans y Esken pretenden impulsar la sanidad, la educación, las infraestructuras y la digitalización del país, que se encuentran en un estado lamentable tras años de ahorro.

Además, desean aumentar el salario mínimo interprofesional, de los 9,19 euros por hora actuales hasta los 12, de manera inmediata. Sobre todo dado que cerca de una cuarta parte de la población alemana gana menos de 11 euros y que el precio de la vivienda no deja de subir. Walter-Borjans y Esken buscan asimismo elevar el impuesto a las emisiones de CO2, que pasaría de 10 euros por tonelada a 40, para con esos fondos adicionales intensificar y acelerar la transición a las energías limpias.

«Hemos tenido una buena conversación durante una hora, abierta y agradable». Así describía Walter-Borjans el encuentro que mantuvieron el jueves él y Esken con Merkel. Una de sus primeras citas como jefes del SPD, que iba encaminada a conocerse y se enmarca en el temor a que el partido pueda romper la alianza del Ejecutivo. «No se fijarán líneas rojas ni ultimátums», aseguró el vicecanciller y socialista Olaf Scholz. Sin embargo, nada apunta a que sus socios conservadores vayan a ceder a sus transigencias, y la líder de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, ya ha descartado revisar el pacto de coalición.