Macao, el modelo de éxito chino al que Hong Kong se resiste

maría puerto PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

JASON LEE | Reuters

La excolonia lusa celebra el vigésimo aniversario de su regreso sin sobresaltos a la soberanía de China

20 dic 2019 . Actualizado a las 09:05 h.

Los edificios coloniales de la plaza Largo do Senado, el portal de la catedral de San Pablo, el callejero en portugués y el bacalao en el menú de los restaurantes es lo poco que queda de los cuatro siglos de presencia lusa en Macao. En dos décadas, se ha transformado y los neones de los modernos casinos dominan la ciudad.

El presidente Xi Jinping no ha escatimado elogios a la excolonia en su visita oficial de tres días para presidir los actos de conmemoración que se celebran hoy. Ha felicitado a la excolonia por «implementar con éxito» el principio de «un país, dos sistemas» y ha instado a apoyar las reformas para diversificar la economía. También ha alabado a la población por anteponer su amor por el país y por Macao a los valores de la democracia y la libertad. Un claro mensaje a la vecina Hong Kong, donde las protestas llevan más de seis meses incendiando las calles.

Hong Kong y Macao, situadas a ambos lados de la desembocadura del río de La Perla, tienen una historia diferente. Cuando la excolonia británica fue devuelta al gigante asiático en 1997 era una importante plaza financiera codiciada por China para ayudar a desarrollar su economía. Tenía un robusto sistema legal independiente, libertad de prensa y una administración eficiente. Estos valores, junto con la reivindicación de democracia, son los que defiende gran parte de la población, que se siente amenazada por las injerencias chinas.

En cambio, cuando se retiraron los portugueses el 20 de diciembre de 1999, Macao ya vivía del juego. Hoy los casinos siguen aportando el 80 % del PIB, pero la ciudad se ha modernizado. El juego está prohibido en China y los casinos atraen mucho turismo.

Las Vegas de Asia

En 20 años China ha convertido Macao en Las Vegas de Asia, gracias a importantes desarrollos inmobiliarios para construir casinos y complejos hoteleros. El PIB de Macao ha pasado de los 6.400 millones de dólares en 1999 a los 55.000 millones actuales.

La excolonia tiene poca población, unos 700.000 habitantes, y casi la mitad son trabajadores poco cualificados educados en la China continental. Nunca se ha opuesto a sus directrices. En el 2009 aprobó sin oposición la Ley de Seguridad Nacional, que da todo el poder a Pekín y entrega a las autoridades del continente a los presuntos delincuentes.

Pekín intenta mimar a Macao. Ha desarrollado la vecina ciudad de Zhuhai, a semejanza de Shenzhen. El puente más largo del mundo, sobre el mar que une Hong Kong, Zhuhai y Macao, es el ejemplo visible de la apuesta china por desarrollar un área que ha bautizado como Zona de la Gran Bahía y del que pretende hacer un nuevo Silicon Valley.

Li Jiang, uno de los ingenieros jefe del proyecto, aseguró a La Voz que «el puente fortalece los lazos entre las tres ciudades e integra el área de la bahía, ya que conecta en una hora las dos orillas del río». Pese a que el puente une tres territorios con aduanas diferentes, insiste en que se trabaja para «resolver las diferencias y facilitar el tráfico. En la actualidad circulan casi 70.000 pasajeros al día», la mayoría en transporte público.

En Zhuhai, China ha apostado por reforzar el turismo familiar al construir el acuario más grande del mundo y un complejo tipo Disney con circo, atracciones y largas playas. Ha creado también una zona de libre comercio.