La afluencia a los colegios apunta a un récord de participación en las elecciones del Reino Unido

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Centro de votación en las elecciones generales del Reino Unido
Centro de votación en las elecciones generales del Reino Unido Juan Alonso

Según las primeras encuestas los conservadores habrían logrado la mayoría absoluta

12 dic 2019 . Actualizado a las 23:21 h.

Ni el frío ni una lluvia constante que este jueves cayó en buena parte del Reino Unido impidieron a millones de británicos acudir a las urnas y participar en unas generales, las cuartas en cinco años, que han sido calificadas por los líderes políticos y expertos como las «más trascendentales en una generación», pues podrían terminar de resolver el embrollo del brexit.

Según los primeros sondeos a pie de urna de las cadenas BBC, ITV y Sky los conservadores habrían logrado la mayoría absoluta, al obtener 368 escaños. El Partido Laborista, liderado por Jermy Corbyn, lograría 191 escaños según estas primeras encuestas. Por su parte, el Partido Nacional Escocés (SNP) obtendría 55 escaños, los liberaldemócratas se harían con trece, Plaid Cymru con tres y Los Verdes con uno. El Partido del Brexit no habría logrado representación, según informa Europa Press. 

Si se cumplen estos resultados Johnson habría hecho buenas las previsiones, que le daban como favorito en la cita con las urnas, a las que ha concurrido con su apuesta de completar cuanto antes el proceso del Brexit.

Horas antes los medios locales daban por hecho que se registraría un récord de participación en virtud de la afluencia de personas que acudieron a los miles de centros de votación diseminados por el país.

El temor a que se materialice, o no, la salida de la Unión Europea y a que se privatice la sanidad pública hicieron que miles de electores se animasen a acudir a los colegios. «Esta es la primera vez que voto desde que cumplí 18 años, y lo hice porque temo que si los conservadores ganan mi situación y la de los trabajadores será mucho peor», comentó Rana Miah, después de votar junto a su esposa en un centro ubicado en la zona Islington, al este de la capital británica, y cuyo escaño en el Parlamento de Westminster viene siendo ocupado desde 1983 por el líder laborista, Jeremy Corbyn. 

¿Por qué participar ahora?

«La gente entiende que los políticos no te ayudan, pero esta es la primera vez que veo que un candidato dice que irá tras los banqueros, empresarios y grandes corporaciones para hacerles pagar más impuestos, mientras me promete que me aumentará el salario. Además, dice que frenará la privatización del NHS [el sistema público de salud] que vienen aplicando los tories», agregó, dejando claro que respaldó al líder opositor, el laborista Jeremy Corbyn.

La esposa de Miah, Kayleigh Ann Murray, por su parte, señaló que, más allá de su tradición familiar de votar a los laboristas, en esta ocasión también lo hizo con la intención de «deshacerse de [el primer ministro Boris] Johnson».

Por su parte, en el municipio de Hendon, bastión conservador, Matthew Henney indicó que acudió a las urnas simplemente para tratar de frenar el «bochorno» del brexit: «Tengo un grupo multicultural de amigos, algunos de los cuales los considero mi familia y no quisiera que se dividiera por causa de esta locura».

En la posición contraria se sitúa Tracey Abbey, quien votó en Streatham, y respaldó a Johnson alegando que «es hora de cumplir el mandato del pueblo (expresado en el referendo de 2016) y ponerse a trabajar en otros asuntos como la lucha contra el crimen».

Las salidas de tono del premier y en especial su negativa a ver la fotografía de un niño durmiendo en el suelo de un hospital en Leeds por falta de camas parece haber tenido un impacto, a juzgar por los movimientos de última hora de Boris Johnson, quien estuvo hasta el cierre de la campaña visitando las circunscripciones en disputa y esquivando a los periodistas.

«La posibilidad de otro bloqueo existe», admitió Johnson en las últimas horas, en un intento de movilizar a los suyos.

En el sistema británico, los 650 escaños del Parlamento de Westminster se reparten en igual número de circunscripciones nominales y cada asiento es adjudicado al candidato con más votos, lo cual hace que una diferencia de votos mínima pueda traducirse en un abismo en el número de diputados.