EE.UU. repite con Afganistán las mentiras de Vietnam

cARLOS pÉREZ cRUZ WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Soldados estadounidenses disparan obuses desde la base de Seprwan Ghar, en la provincia afgana de Kandahar
Soldados estadounidenses disparan obuses desde la base de Seprwan Ghar, en la provincia afgana de Kandahar BAZ RATNER | Reuters

Documentos confidenciales muestran cómo los diferentes Gobiernos han ocultado la realidad sobre el terreno

09 dic 2019 . Actualizado a las 20:15 h.

Mintió hace medio siglo y sigue mintiendo hoy. El Gobierno estadounidense ocultó la realidad a sus ciudadanos sobre la guerra de Vietnam y ha vuelto a hacerlo con la de Afganistán. Poco importa el escándalo de 1971 con la filtración de los conocidos como Papeles del Pentágono. Una investigación de The Washington Post ha determinado que Estados Unidos lleva dos décadas mintiendo a su población sobre la realidad de la guerra en Afganistán. Washington ha ocultado la verdad de forma sistemática y ha ofrecido información que no se corresponde con los hechos sobre el terreno. Y se ha hecho a sabiendas, tal y como se puede leer en los Papeles de Afganistán.

Los testimonios obtenidos por el diario proceden de documentos confidenciales que recogen entrevistas con personal de Estados Unidos con experiencia sobre el terreno. Fueron realizadas por la Oficina del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán, que en el 2018 produjo un documento en el que, sin embargo, eludió incluir las declaraciones más críticas. Su propio autor, John Sopko, ha reconocido que «a los estadounidenses se les ha mentido constantemente». Mentiras sobre los falsos progresos en Afganistán que comenzaron con la Administración Bush, siguieron con la de Obama y continúan con la de Trump. Sin importar la realidad, el retrato de la guerra ha sido siempre favorable a los intereses de Estados Unidos. 

De Bush a Trump

A los cinco años de la invasión, el secretario de Defensa de Bush, Donald Rumsfeld, aseguró que «los datos desmienten los mitos» de que el Ejército carece de objetivos claros. En el 2008, el general Jeffrey Schloesser declaró que «estamos logrando continuos progresos» mientras los comandantes sobre el terreno solicitaban refuerzos para hacer frente a los talibanes. Esa ha sido la tónica general hasta hoy. Entre el 2009 y el 2011 la Casa Blanca de Obama presionó al Consejo de Seguridad Nacional para que ofrecieran datos que respaldaran que el incremento de tropas sobre el terreno estaba dando resultados. Datos que «se manipularon en todo momento».

Los testimonios demuestran que el caos y el desconocimiento del país han sido la tónica desde el primer momento. En palabras del general Douglas Lute, «no teníamos la menor idea de lo que estábamos haciendo». Por su parte, el general retirado Michael Flynn se preguntaba: «Si estamos haciendo tan buen trabajo, ¿por qué parece que estamos perdiendo?». Todo ello a pesar de que Estados Unidos lleva invertidos más de 2 billones de dólares. Dinero que ha servido para fomentar la corrupción del Gobierno de Kabul que, en opinión del coronel Christopher Kolenda, es una «cleptocracia».