La derecha solo consigue 30.000 votos más en Uruguay y su victoria depende del voto emigrante

Héctor Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Partidarios del centroderechista Luis Lacalle, del Partido Nacional, durante el recuento de los resultados
Partidarios del centroderechista Luis Lacalle, del Partido Nacional, durante el recuento de los resultados Raúl Martínez | EFE

La situación surgida de las urnas es inédita en el país sudamericano

26 nov 2019 . Actualizado a las 08:45 h.

Photo finish en las presidenciales uruguayas. El centro derechista Luis Lacalle Pou se impuso, este domingo, al izquierdista Daniel Martínez, por apenas 28.666 votos. La situación es inédita en el país sudamericano. Tanto que la Corte Electoral rehusó declarar un ganador, y volverá a examinar todos los votos. Ese proceso culminará entre el jueves y el viernes. Hasta entonces, no habrá un vencedor oficial.

«Lamentablemente, el candidato del Gobierno no nos ha llamado, ni ha reconocido el resultado que, desde nuestro punto de vista, es irreversible», señaló el domingo el empresario Lacalle Pou, tras conocer los datos del escrutinio.

Todas las miradas se posan sobre las 35.229 papeletas que restan por abrirse, emitidas por personas que, por uno u otro motivo, votaron fuera del circuito electoral que les correspondía. Esto incluye a discapacitados, militares que custodiaban urnas, funcionarios electorales y personas que no ofrecieron garantías con respecto a su identidad.

Parece, en cualquier caso, muy complicado que Martínez pueda darle la vuelta a la situación. Necesitaría hacerse con el 90,6 % de estos votos. Misión complicada, si se tiene en cuenta que el voto observado favoreció a Lacalle en la primera vuelta de octubre.

«Sea cual sea el resultado final que dé la Corte Electoral, acá hay un pueblo que dijo ‘estamos presentes, no queremos ser pasivos de la historia de la patria, queremos ser protagonistas’», señaló el candidato del Frente Amplio (FA), muy animado tras haber remontado unas encuestas que le situaban a entre cinco y ocho puntos de distancia con Lacalle.

Los resultados apuntan hacia un cambio de ciclo en Uruguay, después de 15 años de Gobiernos de un FA lastrado por el desgaste que genera el poder, el aumento del desempleo y la sensación de inseguridad.