El nuevo Gobierno boliviano denuncia a Evo Morales por terrorismo y sedicción

Héctor Estepa LA PAZ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

MARCO BELLO | Reuters

Una gran marcha con ataúdes termina en una nube de gas lacrimógeno en La Paz

22 nov 2019 . Actualizado a las 20:50 h.

La triste escena se produjo el jueves en la tarde. Miles de seguidores de Evo Morales se acercan a la plaza Murillo, sede del Gobierno interino boliviano. Portan los féretros de parte de los ocho fallecidos durante la operación militar y policial que desbloqueó, por unas horas, el pasado martes, la planta de hidrocarburos de Senkata.

Al intentar acceder al lugar, los antidisturbios lanzan gases lacrimógenos. La multitud corre despavorida, dejando, por unos segundos, los ataúdes en el suelo, hasta que llegan unos familiares a recogerlos. La triste escena se produjo el jueves en la tarde. «Ya ni respetan los muertos ni respetan nada. Estábamos marchando pacíficamente. Es un derecho constitucional», comentó el manifestante Ernesto Challco.

Quienes bloquean Senkata no están dispuestos a marcharse hasta que no renuncie la conservadora Jeanine Áñez como presidenta interina. «Pedimos justicia y que haya un juicio de responsabilidades por delito de lesa humanidad contra ella», apunta Challco.

El bloqueo de Senkata ha producido gran escasez de gasolina y gas en La Paz. Áñez citó ayer a los jefes de las juntas vecinales de El Alto, localidad cercana a la capital, donde se encuentra la planta, para llegar a acuerdos que permitan retirar las barricadas. Los dirigentes aceptaron la invitación, tras reclamar garantías sobre su seguridad.

El Gobierno interino cree que Morales, que renunció a la presidencia el 10 de noviembre, está espoleando la violencia desde su exilio en México, y ayer denunció al líder indígena, ante la Fiscalía, por presuntos delitos de terrorismo y sedición.

La denuncia ha sido interpuesta después de que el Gobierno hallase un vídeo, cuya autenticidad aún no ha sido demostrada, en el que supuestamente Morales coordina el bloqueo de suministros a la capital, desde México, mediante una llamada telefónica.