Los violentos disturbios en las calles marcan el aniversario de los chalecos amarillos

Paula Rosas PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

Disturbios en la 53.ª jornada de protestas en París, cuando se cumple un año del movimientos de los chalecos amarillos
Disturbios en la 53.ª jornada de protestas en París, cuando se cumple un año del movimientos de los chalecos amarillos YOAN VALAT | EFE

Un centenar de personas detenidas en el 53.º sábado consecutivo de protestas

17 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los violentos volvieron a robar el protagonismo a los chalecos amarillos el fin de semana que marca el aniversario del movimiento. Mientras cientos de manifestantes pacíficos volvían a ocupar rotondas en diferentes localidades francesas para visibilizar sus reclamaciones sociales, en París grupos de encapuchados sembraron el caos en varios puntos de la capital, donde se enfrentaron a pedradas con las fuerzas de seguridad, incendiaron mobiliario urbano y vehículos, e intentaron impedir el trabajo de los bomberos. Un centenar de personas fueron detenidas.

La próxima batalla social

Los encontronazos empezaron a primera hora de la mañana en la plaza de Italia, en el sur de la capital. Si hace un año, 282.000 personas se manifestaban en las calles galas, el aniversario ha sido bastante más modesto. Unas 3.000 personas debían partir desde este punto para atravesar París de sur a norte, una marcha que tuvo que ser anulada por la Prefectura de Policía.

A lo largo del día, los radicales, vestidos de negro, destrozaron marquesinas de autobús, quemaron contenedores y arrancaron adoquines del suelo para lanzárselos a la policía, que intentaba a toda costa que el descontrol no se extendiera por las calles adyacentes a la inmensa plaza.

Pasto de las llamas fueron motocicletas, patinetes eléctricos de alquiler y coches. El humo se mezclaba con los gases lacrimógenos con los que la policía intentó dispersar a los violentos para que los bomberos pudieran trabajar. También tuvieron que hacer uso de un cañón de agua. En otras zonas del país, los chalecos amarillos pudieron volver al lugar en el que se originó todo hace un año: las rotondas.

A los eslóganes que piden «justicia social y justicia fiscal», se sumaron carteles denunciando la reforma del sistema de pensiones que quiere acometer Macron y todo apunta a que se convertirá en la próxima batalla social.