Acusan a dos exempleados de Twitter de espiar para Arabia Saudí

Carlos Pérez Cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Vigilia frente a la Embajada saudí en Washington para conmemorar el pasado 2 de octubre el aniversario del asesinato del Khashoggi
Vigilia frente a la Embajada saudí en Washington para conmemorar el pasado 2 de octubre el aniversario del asesinato del Khashoggi SARAH SILBIGER | Reuters

Uno de los espiados fue confidente del periodista asesinado Jamal Khashoggi

08 nov 2019 . Actualizado a las 09:21 h.

Hace cuatro años que ya no trabajan para Twitter, pero el Departamento de Justicia estadounidense acusó el miércoles a dos exempleados de la compañía de San Francisco de haber espiado para Arabia Saudí. Según los documentos judiciales, actuaron como agentes de un país extranjero en EE.UU. y aprovecharon su posición para acceder a los datos personales de ciudadanos estadounidenses y saudíes críticos con el reino y sus líderes. Los acusados son Alí Alzabarah, de nacionalidad saudí, que reside actualmente en su país de origen, y Ahmad Abouammo, ciudadano estadounidense, que fue detenido el martes en Seattle.

Los cargos se conocen poco más de un año después del asesinato en el consulado saudí de Estambul del columnista de The Washington Post, Jamal Khashoggi. Precisamente una de las personas en cuya cuenta habrían indagado los acusados pertenece a Omar Abdulaziz, un destacado disidente y confidente de Khashoggi. A través de su posición en la empresa californiana, los dos trabajadores tenían acceso a datos personales de los usuarios como números de teléfono, su IP de conexión a Internet o cuentas de correo electrónico.

 La fiscalía ha presentado cargos también contra Ahmed Almutairi, otro ciudadano saudí que, tal y como se explica en el pliego de cargos, ejercía de intermediario entre los dos trabajadores de Twitter y un alto funcionario del reino del Pérsico. Este alto cargo figura en los papeles como «secretario general» de una organización caritativa propiedad de un miembro de la familia real. Según información recogida por The New York Times, se trata de la fundación MiSK, fundada por el príncipe Mohamed bin Salman y liderada por Bader al Asaker, la persona que se habría puesto en contacto con los antiguos empleados de Twitter a partir del 2014.

Un portavoz de la compañía aseguró el miércoles que Twitter «restringe el acceso a información sensible de las cuentas a un grupo limitado de empleados formados a los que se examina». Arabia Saudí es uno de los cinco principales mercados para la empresa californiana.