Trump exige que declare en persona el confidente que desató la investigación del «impeachment»

Carlos Pérez Cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Trump habla con la prensa a su regresó el domingio de Nueva York
Trump habla con la prensa a su regresó el domingio de Nueva York Yuri Gripas | Reuters

Sus abogados han ofrecido a los republicanos la posibilidad de que declare por escrito y bajo juramento

05 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Represaliar a un confidente implica violar la ley que los protege, pero desde el día en que se conoció la existencia de una queja contra el presidente Donald Trump, su Administración y el Partido Republicano han hecho todo lo posible por enterrarlo en el fango partidista y, sobre todo, por tratar de descubrir su identidad. Se llegó a temer por su integridad, por lo que, en vista de lo que se ha conocido gracias a otros testimonios, los demócratas que lideran la investigación del impeachment concluyeron que el suyo era prescindible.

Otras voces han confirmado lo que él o ella puso por escrito: tanto el contenido de la llamada telefónica entre Trump y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, como la existencia de una red irregular de comunicación con Ucrania liderada por el abogado personal del presidente, Rudy Giuliani, que ninguneó los canales diplomáticos. Sus alegaciones están en el centro de la investigación del Congreso.

Con Trump calificando de antitrumpistas a todos quienes osan contrariarlo dando testimonio, los abogados de la persona confidente, de quien solo se sabe que trabaja en la CIA, ofrecieron el domingo la posibilidad de que su cliente respondiera por escrito y bajo juramento a las preguntas de los republicanos. Es su forma de responder a la agresiva campaña republicana de descrédito. Con la garantía, además, de que, en caso de mentir, se le podría acusar de perjurio. 

A pesar de ello, el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, no parece estar muy por la labor. «Ese individuo debería comparecer ante el comité», defendió en la CBS. Con mayor furia, Trump acusó ayer una vez más en Twitter al informante de «dar falsa información» y se interpuso ante cualquier tentación republicana de aceptar la oferta: «¡Las respuestas por escrito no son aceptables!». Irónicamente, durante la investigación del Rusiagate, Trump solo aceptó contestar por escrito al fiscal especial, Robert Mueller. 

Golpe a Trump a cuenta de los impuestos

Aunque probablemente será el Tribunal Supremo quien decida en última instancia, la corte federal de apelaciones determinó ayer que Donald Trump tiene la obligación de entregar a la fiscalía de Manhattan los registros con sus declaraciones de Hacienda de los últimos ocho años.

El presidente se defiende argumentando que su cargo le hace inmune a las investigaciones penales, pero los jueces apuntan que no es Trump a quien se los pide la fiscalía sino a su firma contable. Nueva York investiga el papel de una de sus empresas en el pago a Stormy Daniels, la actriz a la que el exabogado de Trump, Michael Cohen, pagó antes de las elecciones para que mantuviera en secreto sus supuestas relaciones sexuales con el entonces candidato presidencial.