Morales accede a una auditoría de las elecciones y la oposición insiste en la segunda vuelta

Héctor Estepa BUENOS AIRES / LA VOZ

INTERNACIONAL

Bolivian Presidency

30 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Bloqueos de carreteras. Barricadas. Quemas de llantas. La oposición boliviana mantiene movilizados a sus seguidores en varias regiones rurales y al menos seis importantes ciudades del país, en denuncia de un supuesto fraude electoral en las presidenciales del día 20.

«Todos los caminos están abiertos, no tenemos la menor duda de que una nueva elección sería lo ideal, siempre y cuando esa nueva elección no sea parte de una manipulación para llegar a una prolongación en el poder de Evo Morales, más allá de su plazo determinado de Gobierno», señaló este martes el líder opositor, Carlos Mesa, que se quedó a menos de un punto de conseguir forzar una segunda vuelta electoral y batirse en solitario contra el presidente Evo Morales.

«No vamos a aceptar una solución que le dé la espalda a lo que fue el voto del 20 de octubre, y no le vamos a dar la espalda a un pueblo que está luchando en la calle de forma democrática y pacífica», añadió.

El Gobierno ha accedido a que el recuento sea auditado por expertos internacionales y ha pedido a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a países como EE.UU., Colombia o Argentina que participen en el proceso. El Ejecutivo izquierdista parece estar dispuesto a aceptar, además, que la posición que tomen los veedores sea vinculante. 

Críticas contra Mesa

«Evo Morales es el nuevo presidente 20-25; sin embargo, el candidato perdedor hizo un esfuerzo violento, terrible y abusivo para desconocer esta victoria», criticó este martes el vicepresidente, Álvaro García Linera. Denunció una «campaña de agresiones, de quema de instituciones y quema de ánforas» y aseguró que también ha iniciado una «campaña de desprestigio del voto popular, de la voluntad soberana de los bolivianos, hablando de fraude, de irregularidades». Uno de los focos de mayor tensión es la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, bastión opositor, donde las protestas han dejado más de tres decenas de heridos.