Uruguay se enfrenta a sus elecciones más inciertas en 15 años

HÉCTOR ESTEPA CÓRDOBA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El candidato a la presidencia de Uruguay por el oficialista Frente Amplio, Daniel Martínez, favorito en las encuestas, en un mitin durante su cierre de campaña
El candidato a la presidencia de Uruguay por el oficialista Frente Amplio, Daniel Martínez, favorito en las encuestas, en un mitin durante su cierre de campaña Raúl Martínez | Efe

Daniel Martínez, del Frente Amplio, lidera todas las encuestas, seguido por el centroderechista Luis Lacalle

27 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Uruguay celebra hoy sus elecciones más reñidas desde la restauración democrática, que podrían cambiar por primera vez el rumbo del país en 15 años. La hegemonía del izquierdista Frente Amplio (FA), en el poder desde el 2005 con Tabaré Vázquez, de orígenes gallegos, y José Mujica alternándose en el poder, se tambalea, por el desgaste natural después de tantos años en el gobierno, una crisis de seguridad, y un mercado laboral que da menos oportunidades.

Daniel Martínez, el candidato frenteamplista, exregidor de Montevideo, la capital del país, conocido por ser un buen gestor y por su sobriedad al trato, lidera todas las encuestas con entre el 33 % y el 44 % de los votos. Le sigue Luis Lacalle Pou, candidato del centroderechista Frente Nacional (FN), que ha ido ganando relevancia con el paso de los meses y lograría entre el 22 % y el 27 % de los votos.

Todo apunta a que Lacalle logrará forzar una segunda vuelta en el país sudamericano. Por eso, el candidato de centroderecha ya está hablando con el resto de la oposición para lograr apoyos en una eventual nueva votación, que se celebraría a finales de noviembre. Puede contar con el apoyo del colorado Ernesto Talvi, un candidato, que cuenta con entre el 10 % y el 16 % de los votos, y cuya candidatura se ha visto afectada por las protestas.

Un ultraderechista

El cuarto candidato mejor situado en la carrera presidencial es el ultraderechista Manini Ríos, admirador del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que se ha erigido en un duro crítico de las sentencias contra militares que participaron en crímenes durante la dictadura del país. Conseguiría entre el 10 % y el 12 % de los votos.

Todos ellos podrían unirse en un una segunda vuelta contra un Frente Amplio que logró hacer crecer la economía y redujo a los números más bajos la historia la pobreza, y también la indigencia, pero que ha comenzado a ser cuestionado recientemente.

«En todas partes es igual. Gobernar desgasta. Los electores se cansan de las mismas caras. Los gobernantes también se cansan. Terminan sintiéndose incomprendidos, agobiados por demandas que no logran satisfacer», explica a La Voz de Galicia Adolfo Garcé, investigador del Instituto de Ciencia Política.

«El FA hizo un gran esfuerzo. Hizo mucho. Pero los electores quieren más, es lógico», añade.

El segundo Gobierno de Vázquez se ha visto afectado por una crisis de seguridad. La violencia ha crecido un 46 %, espoleada por el narcotráfico. En el 2018 fueron asesinadas 414 personas en todo el país, frente a los 283 homicidios registrados el año anterior. «Es un elemento que marca un punto débil del gobierno, y que la oposición ha explotado de manera efectiva», considera el politólogo Antonio Cardarello.

Muchos uruguayos detectan también que es más difícil encontrar el trabajo y algunos casos de corrupción en la Administración han empañado también el Gobierno frenteamplista.

Los izquierdistas están afrontando la campaña haciendo ver sus logros en 15 años de Gobierno y apuntando a los problemas económicos argentinos.

«La situación argentina siempre impacta en Uruguay. En el 2015, la oposición vio con buenos ojos el triunfo de Mauricio Macri allá, que para muchos auguraba buenos tiempos, y el fin del giro a la izquierda en América Latina. Hoy, vista su gestión, la oposición intenta despegarse y quien traza paralelismos con las situación es el Frente Amplio», añade Cardarello.