Morales denuncia un golpe de Estado en Bolivia y su rival teme ser detenido

héctor estepa CÓRDOBA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Una seguidora de Evo Morales, durante una marcha en La Paz en apoyo del presidente boliviano
Una seguidora de Evo Morales, durante una marcha en La Paz en apoyo del presidente boliviano UESLEI MARCELINO | Reuters

El presidente confía en que el voto rural le dé la victoria en la primera vuelta

24 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La tensión sigue creciendo en Bolivia. El presidente, Evo Morales, dijo ayer estar sufriendo un golpe de Estado, tras el estallido de fuertes protestas por el recuento de las elecciones del domingo, y declaró el estado de emergencia. «Hemos garantizado el crecimiento económico, la paz social, la justicia social, la igualdad. Quiero denunciar al mundo que está en proceso un golpe de Estado. La derecha lo preparó con apoyo internacional», señaló el líder aimara, en una declaración ante la prensa sin preguntas.

Morales dijo que el golpe se está expresando «no dejando realizar el conteo, quemando instituciones», mientras la oposición denuncia fraude y ha llamado al paro general indefinido.

Los problemas se iniciaron el domingo por la tarde, cuando un recuento rápido preliminar, hecho público por el poder electoral, arrojó la posibilidad de la celebración de una segunda vuelta entre Morales y el líder opositor, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005) con casi el 84 % de los votos escrutados.

Ese recuento se detuvo unas 20 horas y, cuando reinició, dio una victoria del líder aimara en primera vuelta, lo que desató fuertes protestas en todo el país.

Entre el domingo y ayer se produjeron los incendios de centros electorales en tres departamentos, así como peleas entre los seguidores de Morales y los opositores, reyertas entre los opositores y las autoridades, quemas de llantas y bloqueos de vías.

Posible arresto

«Si hay alguien que ha roto y rompe sistemáticamente el orden constitucional de Bolivia se llama Evo Morales», dijo Mesa en un vídeo difundido a primera hora de la tarde en las redes sociales, en el que advirtió también sobre su posible detención. Según el líder opositor, Morales «controla y ordena todos los poderes del Estado. El Ejecutivo, que es el único que puede controlar, el poder legislativo, el poder judicial, y el poder electoral».

En Santa Cruz de la Sierra, el bastión opositor y epicentro del movimiento autonomista boliviano, los líderes de las asociaciones contrarias a Morales advirtieron que, si no hay segunda vuelta electoral, convocarán a un «gran cabildo» para desconocer al líder aimara y nombrar presidente a Mesa. Un cabildo público opositor, realizado hace dos semanas, reunió a un millón de personas en las calles de Santa Cruz, según los organizadores.

El recuento oficial de votos se detuvo ayer por la noche y, al cierre de esta edición, todavía no se había reanudado. Los datos, publicados en la web del poder electoral, arrojaban una victoria de Morales con el 46,49 % de los votos, frente al 37,01 % de sufragios registrados por Mesa, con el 96,78 % de los votos escrutados. Esos resultados pondrían a Mesa en segunda vuelta, según la ley boliviana, al no superar el actual presidente los diez puntos de ventaja sobre su rival.

«Casi segurísimo que con el voto de las áreas rurales vamos a ganar en primera vuelta», reiteró ayer Morales, mientras denunciaba un golpe de Estado al que ya se había referido la pasada semana, cuando aseguró tener grabaciones de reuniones entre los comités cívicos de Cochabamba y La Paz y «exmilitares en servicio pasivo».