Donald Trump declara la guerra total al Congreso

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

LEAH MILLIS | Reuters

La Casa Blanca oficializa en una carta su negativa a cooperar con la investigación del «impeachment»

10 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras retira a sus tropas de las «guerras interminables» de Oriente Medio, Donald Trump le ha declarado una esta semana al Congreso. El desafío no es inédito, pero sí su virulencia. Con ella abre una grave crisis constitucional que amenaza con profundizar todavía más la división en EE.UU. Richard Nixon o Bill Clinton también fueron acusados de obstruir las investigaciones del Capitolio, pero son épocas distintas y Trump no es un político al uso. Tampoco existía Twitter ni la plétora de medios afines dispuestos a contribuir a su defensa con independencia de los hechos (o, de hecho, ignorándolos o retorciéndolos). Por eso, sin ser nueva la falta de cooperación de un presidente con una investigación, sí lo es el descaro con el que se publicita y defiende.

La noche del martes, la Casa Blanca envió una carta con destino al Congreso anunciando que no colaborará con la investigación abierta para determinar si Trump debe afrontar o no un impeachment. Argumenta que los demócratas están tratando de «anular los resultados de las elecciones del 2016».

En la carta, firmada por un asesor de Trump, la Casa Blanca acusa a los comités de la Cámara de Representantes de estar llevando adelante una investigación «inconstitucional» que niega al presidente «un proceso justo» e incluso «viola las libertades civiles y la separación de poderes». Por ello, «bajo estas circunstancias», al presidente y a su Administración «no les queda otra opción» que la de no participar en un proceso que tachan de «partidista».

Motivos para el proceso

La investigación, que busca aclarar si Trump presionó al presidente de Ucrania en beneficio personal y electoralista, choca así con un muro que la aísla de posible información clave, pero a su vez obtiene una posible prueba de obstrucción a la Justicia, uno de los motivos para abrir juicio político al presidente. El primer anuncio de la confrontación total lo tuvieron los comités horas antes, cuando Trump prohibió que compareciera uno de los testimonios clave: el embajador ante la UE, Gordon Sondland.

La táctica obstruccionista es semejante a la que Donald Trump usó durante la investigación del Rusiagate. Combativo, desafiante y faltón, el presidente no solo recupera el latiguillo de la «caza de brujas», sino que vierte todo tipo de acusaciones y descalificativos sobre aquellos que lo investigan, acusando de «traidor» al demócrata Adam Schiff, presidente del comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, o denunciando un «golpe de Estado». No está solo en el fango, con una mayoría de cargos republicanos respaldándole, pero sí cada vez más señalado por los ciudadanos. Varias encuestas apuntan a una mayoría de estadounidenses favorables a la investigación.

Sanders, obligado a reducir su actividad en las primarias tras sufrir un infarto

El candidato a las primarias demócratas y senador por el estado de Vermont Bernie Sanders planea reducir sus actos de campaña tras sufrir un ataque al corazón en Las Vegas la semana pasada. «Creo que vamos a cambiar la naturaleza de esta campaña», ha dicho el candidato en la puerta de su casa de Burlington tras una visita al cardiólogo. «Me aseguraré de que tengo la fuerza para hacer lo que tengo que hacer», dijo.

Sanders, de 78 años, ha reconocido que probablemente deba bajar el ritmo que lleva de tres o cuatro mítines diarios, a veces en varios estados y ha reconocido que los votantes podrían tener en cuenta su edad y su estado de salud a la hora de votar.