La retirada de las tropas de EE.UU. de Siria enfurece a los republicanos

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

ERIK S. LESSER | EFE

Trump defiende los lazos comerciales con Turquía para justificar su resolución

09 oct 2019 . Actualizado a las 16:48 h.

Puede que el presidente Donald Trump cuente con el respaldo casi unánime de los republicanos en la negación de sus posibles abusos de poder, en su tendencia a dar pábulo a todo tipo de teorías conspirativas o en calificar de caza de brujas la fiscalización de su presidencia, pero, con la decisión de retirar las tropas estadounidenses del norte de Siria, esa unanimidad, casi norcoreana, se ha hecho pedazos.

La «gran e inigualable sabiduría» de la que el presidente presumía el lunes en Twitter es motivo de desolación e ira tanto en el ámbito militar como en su propio partido, que ha saltado con inusitada vehemencia. Uno de sus máximos valedores en el Congreso, el senador Lindsey Graham, aun subrayando lo mucho que le gusta Trump, calificaba de «irresponsable» y «corta de miras» una decisión que traiciona a la población kurda del norte de Siria, aliada fundamental de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico (EI).

Aunque la retirada es de solo unas decenas de soldados, estos patrullaban una «zona segura» acordada entre EE.UU. y Turquía que disuadía al presidente de este país, Recep Tayyip Erdogan, de ir tras los kurdos, a quienes Ankara considera organización terrorista. Para enfriar la tentación de aprovechar la coyuntura, Graham anunció una iniciativa bipartidista en el Congreso para sancionar a Turquía si invade el norte de Siria y solicitar su salida de la OTAN en caso de ataque. Por su parte, Brett McGurk, que fue enviado de Trump para asuntos del EI, arremetió contra el presidente, de quien dijo que «no es un comandante en jefe», sino alguien que toma «decisiones impulsivas» y «deja expuestos» a sus aliados.

El presidente Trump, que tiende a intentar resolver a golpe de tuits las consecuencias de sus decisiones más impulsivas, hacía ayer equilibrismos para justificarse y tratar de contentar a todos. Por un lado, negaba que la salida de sus soldados significara el abandono de los kurdos, «gente especial y magníficos luchadores», pero parecía ignorar el trato que les dispensa el Gobierno turco asegurando, como si de una garantía de no agresión se tratase, que «Turquía tiene una gran población kurda».

El mandatario añadía además que «mucha gente olvida convenientemente que Turquía es un gran socio comercial» y que es responsable de «las estructuras de acero» de los aviones F-35 estadounidenses. Sin embargo, EE.UU. anunció en julio que retiraba a Turquía de este programa después de que Erdogan comprara a Rusia un sistema antimisiles.

El senador Graham, uno de sus mayores valedores, califica la decisión de «irresponsable» En lo que puede interpretarse como un intento de resolver el problema creado por él mismo al abrir las puertas a la invasión turca, Trump amenazó con la «destrucción» de la economía de Turquía si su Ejército se sobrepasa, aunque no aclaró dónde están los límites. Una amenaza que no parece haber inmutado al Gobierno de Ankara. Su vicepresidente, Fuat Oktay, aclaró que no reaccionan «a amenazas» y que será Erdogan quien «determinará» el camino. Un camino que puede poner en riesgo la capacidad kurda para mantener en prisión a alrededor de 10.000 combatientes del EI si se han de enfrentar al Ejército turco.

La UE apela a una solución política y cree que no hay condiciones para la vuelta de refugiados

La UE ha apelado a la necesidad de lograr «una solución política» a la crisis en Siria y ha reiterado el «compromiso» del bloque con «la unidad, soberanía e integridad territorial del Estado sirio» ante la inminente ofensiva militar turca contra las milicias kurdas. Ha avisado además a Ankara de que no se cumplen las condiciones para devolver de forma segura a los refugiados.

«Cualquier solución duradera al conflicto sirio no puede alcanzarse por medios militares, solo a través de una transición política genuina», subrayó en rueda de prensa la portavoz de la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Maja Kocijancic, quien también recalcó que la Unión Europea sigue en contacto con la Administración Trump «a diferentes niveles» y que los ministros de Exteriores discutirán la evolución sobre el terreno en su reunión del próximo lunes.